Lushan (China).- Hallar un equilibrio entre el desarrollo económico de los pueblos de montaña, la promoción del turismo y la defensa del medio ambiente, es el objetivo de la Asociación Internacional de Montañas Famosas, creada en China.
Las montañas son, en China, lugar de peregrinación, descanso y contemplación desde hace siglos, pero han sufrido -incluso algunas sagradas para el budismo y el taoísmo- un deterioro medioambiental derivado del desarrollo económico y ahora el país busca el apoyo internacional para frenarlo.
Con este objetivo nació la pasada semana, en las cumbres del Monte Lushan (uno de los más turísticos de China) la Asociación Internacional de Montañas Famosas, creada para compartir experiencias de desarrollo económico y protección medioambiental entre los cinco continentes.
La asociación, que cuenta con el apoyo de la UNESCO, reúne montañas turísticas como el Kilimanjaro (Tanzania), el monte Hood (Estados Unidos), el parque de Araripe (Brasil) y parques naturales de montaña de Alemania (Bergstasse), Austria (Eisenwurzen) o Rumanía (Gaina y Covsna).
El presidente de la nueva asociación y máximo responsable de la Asociación para la Amistad del Pueblo Chino con el Extranjero, Chen Haosu, confía en que en el futuro más representantes de montañas de todo el mundo se adhieran a ella.
"Problemas como el cambio climático y el incremento del turismo requieren soluciones científicas, que esperamos que surjan en este foro", destacó Chen en las conferencias que se celebraron en Lushan.
Así, explicó que se trata de ver las montañas desde tres "ojos": uno científico, otro medioambiental y otro económico.
Los miembros de la nueva organización son "geoparques", concepto que la UNESCO define como zonas del mundo de gran importancia científica no sólo por su valor geológico sino también ecológico, cultural y arqueológico.
Lushan es un buen ejemplo, ya que a su valor natural (gargantas, precipicios, biodiversidad) se añade su riqueza histórica.
También es el caso de la brasileña Araripe, el único geoparque de Latinoamérica y uno de los mayores yacimientos de fósiles cretácicos del mundo.
"Queremos organizarnos para promover un desarrollo del turismo que pueda expandir la economía pero sin dañar la riqueza de un parque que muestra los nexos geológicos entre África y Suramérica", señaló a Efe Mónica Alves, representante de Araripe en las conferencias y asesora del Banco Mundial.
Un desarrollo que sirva, además, para las poblaciones locales, como los 500.000 habitantes que viven en la zona de Araripe o los más de 4,5 millones del distrito de Jiujiang, donde se halla Lushan (13.000 de ellos viven directamente del turismo, en las laderas de la montaña).
El problema en las montañas chinas es el de todo el país: un crecimiento a un ritmo que ronda el 10 por ciento anual en los últimos 20 años y que lo ha hecho sin preocuparse por el deterioro medioambiental, y la industria del turismo ha sido una de las que más ha dañado las zonas naturales.
Los montes chinos, desde el Everest (en donde equipos de limpieza retiran cada año toneladas de basura dejadas por los alpinistas) hasta cumbres sagradas como Taishan (primer lugar de China que entró en la lista de Patrimonio de la UNESCO) se enfrentan a problemas como la lluvia ácida que producen las centrales térmicas alimentadas por carbón o la construcción sin freno de hoteles.
China, que ha mostrado en los últimos años cierta concienciación sobre el problema -aunque los resultados prácticos han sido escasos- llama ahora a la asociación internacional para compartir ideas en este sentido.