La reelección presidencial que en la República Dominicana encarna el doctor Leonel Fernández tiene una lupa microbiológica que por más chiquitos y miserables que sean los hombres y mujeres de otras agrupaciones política y por más lejos que se encuentren los observan, a quienes luego de atrapar con un chinchorro, de inmediato los ponen a declamar el siguiente poema: “he venido aquí, no en busca de nada material, sino por principios, a apoyar a un presidente que está haciendo todo tipo de sacrificio para sacar a nuestro país del hoyo en que lo dejó el PPH”. Y aún así hay gente que se lo cree y se traga el anzuelo.
Para muestra hay decenas de casos, pero le demostraré dos o tres: ¿Ustedes creen que el peregrino luchador de Dajabón dio su apoyo a Leonel por principio? ¿Habrá quien crea que Johnny Ventura, Reynaldo Rincón Koury, Vikiana y Polonio Pierret, fueron a la reelección por principios? Ni que lo busquen con treinta lupas podrá aparecer un reformista que diga que está apoyando a Leonel Fernández por principios. Mentira del Diablo.
La lupa y la atarraya reeleccionista rastrean a todo el mundo.
Algunos caen, otros no. Cada ser en política tiene un precio.
¿Dónde se encuentran en estos momentos Danilo Medina, sus leales legisladores, correligionarios y amigos que la reelección no da con ellos?
Para nadie es un secreto que Danilo es un general de tropas en el Partido de la Liberación Dominicana, el estratega y el siempre jefe de campaña de las candidaturas presidenciales y congresuales de los morados.
Que nadie se engañe, si Danilo Medina y su 30 por ciento de la militancia peledeista no se han integrado, es porque su silencio apunta hacia la derrota de la reelección en primera vuelta.
Los peledeístas de fino olfato saben que Danilo no está tranquilo, que trabaja día y noche y junto a él su equipo político.
La sentencia del hombre de las bases moradas fue dictada el mismo día que fueron dados los resultados del congreso elector peledeista.
Con un megáfono en sus manos y desde el comando de campaña sentenció: “No me ganó Leonel, me ganó el Estado”.
Una franja importante de los empleados públicos son del hombre de Arroyo Cano, los senadores y diputados, a los que la reelección no ha podido doblar el brazo a base de dinero, siguen siendo fieles a Danilo.
Recuerdo que el otrora ministro de la presidencia llamó basura a los que se apartaron de su proyecto y se dejaron atrapar por el chinchorro reeleccionista de Leonel Fernández.
Óigase bien, La desgracia y pesadilla que representa la reelección presidencial de Leonel Fernández, es una culebra de siete cabezas, pero serán masacradas el 16 de mayo.
La reelección no tiene por donde escabullirse. Tiene de frente a las fuerzas vivas de la nación: maestros, abogados médicos, transportistas y a ciudadanos y ciudadanas comprometidos con la transparencia y el mejoramiento de las condiciones materiales de existencia del pueblo.
Y por otro lado a la oposición política, quien todavía a pocos días del certamen electoral, está sometiendo a la justicia a funcionarios por el uso vergonzante e indebido de los fondos públicos.
El peledeísmo podrá comprar a todo el que se quiera vender, porque la necesidad tiene cara de hereje, pero no impedirán la inminente derrota que sufrirán en las urnas.