MANILA.- El agitado tráfico de la capital filipina se detuvo y miles de personas se alinearon en las calles y puentes este viernes para aclamar a su héroe Manny Pacquiao, quien regresó a casa ponderando sus próximos movimientos: enfrentar a Floyd Mayweather Jr. y buscar un escaño en el Congreso.
Después de derrotar el sábado en Las Vegas al campeón welter de la OMB, el puertorriqueño Miguel Cotto, Pacquiao bajó del avión aún con una herida en la oreja derecha y dijo que no veía problema para enfrentar a Mayweather en su próxima megapelea.
"Estoy dispuesto a pelear con Mayweather siempre y cuando haya un acuerdo", señaló el púgil de 30 años. "Pero no queremos forzarlo a enfrentarme. El debería ser quien me rete porque fue claro que tuve más (audiencia en) pago por evento que él".
Mayweather emitió el lunes un comunicado en el cual dijo: "Si Manny Pacquiao quiere enfrentarme, todo lo que tiene que hacer es salir al ruedo y decirlo".
El promotor de Pacquiao, Bob Arum, dijo el jueves que el astro filipino quería pelear en peso welter (147 libras, 67 kilogramos) y que estaba esperando escuchar algo del director de Golden Boy Promotions, Richard Schaefer, quien ha ayudado al equipo de Mayweather en sus peleas recientes.
Por ahora, Pacquiao dijo que sólo quiere descansar con su familia.
"Quiero relajarme y que sane la herida en la oreja", señaló. Dijo que pronto viajará a su provincia natal en el sur del archipiélago.
Desde allí, dijo que presentará su candidatura para un escaño congresional en las elecciones del próximo año. Será el segundo intento de Pacquiao en la política tras perder en las elecciones de 2007.
El Pacman alcanzó un nivel de popularidad nunca antes visto para un boxeador asiático. Recientemente estuvo en la portada de la versión asiática de la revista Time y es por mucho la persona más famosa en las Filipinas.
Parado en una plataforma y acompañado por su esposa y otras figuras, Pacquiao saludó al público y lanzó camisetas con las letras "MP".
Luego, la presidenta Gloria Macapagal Arroyo le entregó la Orden de Sikatuna, el máximo honor del país que usualmente es reservado para jefes de estado y diplomáticos extranjeros.
