Es evidente el avance del PLD, de los partidos aliados y la débil situación congresual del PRD ante el hecho de tantas confrontaciones internas, por lo que, sino fuera solo para las que ya tienen, 4 senadores y 17 diputados, cabría preguntar al Comité Político peledeista vistos los resultados del 2006, si valdría la pena sacrificar al PLD y Aliados por el PRSC.
De la Alianza Rosada todavía recuerdo lo frustrante que fuera para la dirigencia perredeísta detener las aspiraciones de tantos hombres y mujeres quienes de vueltas a casa vieran frustrada sus aspiraciones.
Posiblemente ese hecho motivó el desinterés por la política de muchos dirigentes y en consecuencia una baja significativa en la motivación y participación partidaria. Lo mismo pudiera sucederle al PLD y Aliados, de romper el ímpetu de su batallar político.
No creo equivocarme si manifestara que la fuerza extra que añade al proceso el PLD y sus Aliados, representa 3 veces más a la que pudiera llegar desde el PRSC, mas aun cuando se manifiesta que la fuerzas mayoritaria en sus afanes de poder dividen en dos los resultados electorales alcanzados en el 2008, es decir, de los 4.6% a solo 2.3%.
Por ello, garantizar un acuerdo con la mal trecha cohesión de ese partido es una utopia, allí cada cual anda por su lado, manga por hombro y su liderazgo uno por el lado del PLD el otro por el del PRD, actuando con visión de oportunidad. Por ello, y para beneficio de todos, el irse solo es lo más conveniente para el PLD, PRD y para el propio PRSC.
De darse lo contrario, vislumbro el mismo acontecer que cuando la reforma constitucional, donde el presidente pacta con MVM por primar más el chantaje y el oportunismo de una dirigencia preocupada por su exiguo futuro político. Excluyo de esas consideraciones a don Carlos Morales Troncoso, a Quiqui Antun, entre otros.