Como un festejo singular se puede distinguir la celebración de la 23° Feria Internacional del Libro de Guadalajara, un encuentro que inquieta durante una jornada, al pensamiento sumergido y expuesto de la literatura latinoamericana, donde se presentan en un instante histórico, las palabras apresadas en los libros.
Esta andanza de conocimiento no es una exclusividad para los textos de lengua hispana. Esta edición, dedicada a la ciudad de Los Ángeles, es también encuentro, intercambio de opiniones muy diversas, presentaciones, debates donde se incorporan las nuevas tecnologías con expresiones en la literatura digital. Bien lo expone la intelectualidad de la inmigración mexicana que defiende su identidad y cultura ancestral en otras tierras.
En las amplias instalaciones de la Expo-Guadalajara coinciden mujeres y hombres de las letras contemporáneas, procedentes de lugares tan distantes como Turquía, con el escritor Orhan Pamuk Premio Nobel de Literatura 2006; Pro Helvetía de Suiza; Ha Seong-nan, con narraciones de la literatura coreana contemporánea; de México exponiendo su amplia producción editorial inaugurada con las autoras Chavela Vargas y María Cortina y la entrega del Premio de Literatura de la FIL al poeta venezolano Rafael Cárdenas.
¿Por qué adquiere tanta trascendencia un encuentro de literatura? ¿Por qué esta FIL devenida la segunda más grande del mundo, alcanza esa importancia para todas las editoriales internacionales? En aras de hallar la fundamentación para una respuesta, vale recordar cómo el lenguaje es el “instrumento humano” mediante el cual se expresa nuestro pensamiento, que se materializa y convierte en vehículo de cultura para reflejar la sociedad en el momento histórico de su creación.
Esa lengua no es neutral, manifiesta la relación humana entre los seres que la integramos y aunque la inteligencia no tiene sexo y es condición de las personas, su aplicación está condicionada a la perspectiva de género.
Hay una verdad histórica insoslayable. Las mujeres llegamos tarde a expresar el saber, porque desde tiempos inmemoriales fueron los varones quienes dominaron el conocimiento como exclusividad. Pasaron los años y hoy, en el siglo XXI, la presencia femenina se muestra todavía tímidamente en estos grandes encuentros de pensamiento y palabra.
Vale señalar las presentaciones donde hay autoras, que propician ofrecer la necesaria visibilidad a la existencia femenina como en los libros: Ser 100% mujer ,de la periodista de Jalisco Adriana Corona Gil; Emergencias de las Artes Visuales de Tijuana de la autora Norma Iglesias; Yo, la peor de todas, de Mónica Lavin; Con olor a Nardos, de Mercedes Ballesteros; Mujer…palabra divina de Teresa Valdés; Las violetas son azules de Nora Patricia Ríos; Agua Ardiente de Ylla Kannter; Cuestionando los valores de M. Elena Segura; El cuento: Los Ángeles en un shot de tequila, de Sarah Shun-Lien, Ana Menéndez y Mary Otis, entre otros textos y autoras.
Con la aplicación de la perspectiva de género se alcanza visualizar el nuevo reflejo de la sociedad, se acepta objetivamente que las mujeres están presentes y bien merecen un justo reflejo en el pensamiento y en las palabras para enriquecer las formas de ver la vida.
Hasta el 6 de diciembre están abiertas las puertas del Fil de Guadalajara y estrenar nuevos vestidos para el pensamiento cultural y estético sin limitaciones excluyentes o sexistas, porque en el decir de Jaime Sabines, al leer: Todo se hace en silencio. Como se hace la luz dentro del ojo. El amor une cuerpos. En silencio se van llenando el uno al otro.