Como el periodismo (serio) tiene el poder de la verdad y de la objetividad, la prensa internacional -al reseñar lo acontecido la noche del sábado 28 de noviembre en un coliseo de la ciudad canadiense de Québec y que envolvió a los pugilistas Joan Guzmán, de República Dominicana, y al africano Alí Funeka-, se escribió lo que realmente quedó registrado en el cuadrilátero.
¿Y qué quedó registrado?. La respuesta hay que ofrecerla sin rodeos. esto es, como lo planteó hace más de cuatro siglos el legendario escritor y político italiano Maquiavelo: "Decir la verdad clara, desnuda y sin miedo.
¿Cuál verdad?.Que Alí Funeka, un boxeador que puede ser sindicado como "del montón", le asestó una "pela de guantes" -como se dice en la jerga boxística- al otrora capacitado peleador dominicano Joan Guzmán.
Pero esa verdad, que nadie puede retorcer, tiene una arista todavía más importante: Que la llamada mafia del boxeo metiera su larga mano para que dos irresponsables "jueces" decretaran un increíble empate (¿?).
Y con el "empate" el boxeador quisqueyano no sufriera -aunque en la práctica la sufrió- una amarga derrota y de esa manera viera machado su todavía invicto expediente profesional.
La pelea, que fue vista en el país a través de la magia del sofisticado sistema satelital, además del cable digital, resultó ser lo que ya expertos locales habían vaticinado: El gran reto de Joan Guzmán quien por el óxido que afectó a su cuerpo -no peleaba desde el 20 de diciembre de 2008 cuando enfrentó en Santo Domingo al mdiocre Amet Díaz, de Panamá-, tuvo un comportamiento ineficiente en diez de los 12 rounds.
Oscar de la Hoya, ahora en la mafia
Oscar de la Hoya, quien brilló como boxeador (ganador de seis coronas mundiales en diferentes divisiones), fue, en la pelea Funeka-Guzmán, el ente mafioso.
Este periodista, que estuvo al tanto de todo el acontecer del anunciado combate, mi presencia en Las Vegas y Nueva York facilitaron toda la información, supo que De la Hora y el personal de la compañía Golden Boy Promotions se trazaron la siguiente meta: Llevar a Joan Guzmán a ser campeón del mundo, nuevamente, a "como diera lugar"
Y con ese propósito "amarraron" todos los resortes en Canadá. De la Hoya logró que dos "jueces" , de ante mano, apuntaran en sus cartulinas el resultado favoreciendo al dominicano.
Claro, al finall de la dura jornada para el quisqueyano, los dos oficiales, para no decretar la victoria -tan clara como el agua cristalina- de Funeka, cumplieron con el encargo". Y el encargo era no apuntar un resultado real, objetivo, claro, que decretara, como debió ser, el triunfo del modesto pugilista africano. Marcaron 114-114, contra la decisión correcta del tercer oficial que fue 116-112 a favor de Funeka.
De manera que la mafia del boxeo, que en varias ocasiones también metio su mano larga y gansteril contra De la Hoya cuando éste trabajaba como boxeador, ocasionó que Guzmán no perdiera…¡que no perdiera en los papeles, aunque sí en la práctica!
Los expertos dicen que "nadie, después del desastre ocurrido en Canadá, venga con el cuento de "patriotismo transnochado". "Porque, según el incorrecto criterio, "hay que ser primero dominicano, defender lo nuestro pase lo que pase"
Porque una cosa es ser patriota, solidario con un dominicano como Joan Guzmán quien todavía sigue siendo calificado como el mejor boxeador que ha parido la patria de Duarte y Luperón, y otra es accionar como un ciudadano-periodista apegado a la verdad, a los principios y a la ética profesional.
Los principios y la ética profesional, en un periodista, siempre deben estar por encima del romanticismo…¡o del fanatismo!
Joan Guzmán, quien después de la paliza que recibió no ha dicho nada, ni tampoco fue entrevistado por los comentaristas de HBO, como suele ocurrir al término de una pelea mundialista, debe reconocer que fue derrotado.
Y que hubiera sido mejor para él y sus manejadores, que en su foja se apuntara una derrota…una sola derrota de una carrera que ha sido brillante con la ganancia, en buena lid y a base de calidad probada, de dos fajas mundiales den diferentes divisiones (supergallo y ligero junior).
Que después de lo humilado que fue de un boxeador de "poca monta", como lo es sin duda Alí Funeka, Joan Guzmén ponga su cabeza en buen sitio…que reflexione para ver si todavía puede seguir, con la eficiencia de otros años, en el deporte de sus amores.
¡Y quién sabe si puede levantarse de sus pesadas cenizas…como el ave fénix!