PHILADELPHIA.- Seguro, hubo una pelea el miércoles a la noche, pero su propósito había sido destruido unas 14 horas antes.
Bernard Hopkins, peleando en casa por primera vez desde una defensa de su título mediano ante Morrade Hakkar en el 2003, atrajo a una viva concurrencia de 6,662 asistentes al Liacouras Center, en las instalaciones de la Universidad de Temple, para verlo quizas, en su última aparición en casa, he hizo lo que se esperaba que hiciera.
Hopkins se llevó una clara decisión unánime ante el mexicano Enrique Ornelas, en una pelea de peso semipesado, ganando en las tarjetas 120-108, 119-109 y 118-110 . ESPN.com tenía 119-109 para Hopkins, quién a pesar de que está a siete semanas de cumplir sus 45 años, aún puede dominar en el ring.
Pero más allá de un show para los fanáticos locales, la pelea era para que Hopkins se sacara de encima el "óxido y el polvo", como lo llamó él mismo, de una ausencia de 14 meses, tras un dominio total sobre el campeón mediano Kelly Pavlik en una pelea en las 170 libras. Y aún algo más importante, se suponía que le iba a crear un gran negocio — una ya acordada revancha con Roy Jones Jr., 17 años después de su primer pelea.
Sin embargo, unas 14 horas antes el miércoles, Jones cayó a la lona y luego fue detenido por Danny Green en el primer asalto en Australia, de donde es Green, en una de las peleas más grandes en la historia de esa nación. Y así de rápido, Jones-Hopkins II se fue por la cañería, luego de que ambos habían llegado a un acuerdo el pasado mes de septiembre, en como repartir las ganacias.
Ahora, no habrá dinero para repartir. Hopkins, por supuesto, ya sabía el resultado de la pelea de Jones antes de subir al ring para enfrentar a Ornelas (29-6, 19 KOs), de 29 años de edad, pero es un profesional e hizo lo suyo.
Y Hopkins (50-5-1, 32 KOs), ex campeón mediano y semipesado, lo hizo muy bien. Aún astuto después de tantos años, Hopkins metió varios golpes, conectó duros derechazos y fácilmente controló el ritmo de la pelea.
Luego de un comienzo lento, Hopkins agarró el ritmo en su ofensiva en el sexto round, mareando a Ornelas con un upercut de derecha al principio del asalto, para emocionar a los asistentes, y luego lo volvió a hacer tambalear con otro derechazo.
Pero ninguno de los dos mantuvo su ritmo de golpes, en una pelea de lucha que tuvo muchos agarrones. Sin embargo, Hopkins, como usualmente lo hace, fue dominando el desarrollo mientras la pelea se iba estirando.
Lastimó a Ornelas en el cuerpo en el octavo round. Luego lo alcanzó con una linda mano zurda en el noveno que sorprendió a Ornelas, y en el 12º, terminó con fuerza, lanzando varios golpes duros que dejó a Ornelas protegiéndose en los momentos finales.