Continúa en Copenhague la XV Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU, donde líderes políticos, científicos, expertos y cientos de ONG tienen en sus manos la gran oportunidad de asumir medidas que ayuden a salvar el clima del planeta y evitar un desastre ambiental y humanitario.
La organización ecologista y pacifista internacional, denominada Greenpeace, ha estado laborando activamente, a fin de que en esta Cumbre Climática se alcance un “acuerdo histórico” que lleve a los líderes del mundo a reducir el gas invernadero, apoyados estos por la opinión pública.
El recorte de emisiones de gases de efecto invernadero por parte de los países industrializados en un 40% para 2020, y entre un 15-30% de los países en vías de desarrollo, con el apoyo de los países desarrollados para la misma fecha; así como el empleo de “140 billones de dólares anuales por parte de los estados ricos para que pobres puedan luchar contra los efectos del cambio climático y detener la deforestación, están entre los reclamos que Greenpeace propone a los protagonista de este encuentro mundial, considerado el más importante del momento y en el cual están puestas las miradas expectantes de la humanidad.
En verdad, son muy atinadas las propuestas de Greenpeace . Ojalá estén conscientes quienes deben dar la última palabra, porque, como bien señalan estos “enérgicos” activistas “rumbo a Copenhague: “la realidad del cambio climático ha superado a las teorías y está claro que la amenaza de impactos irreversibles es más inmediata de lo imaginamos…”
