Belén (Cisjordania).- El alcalde de Belén, Víctor Batarse, espera unas Navidades "especiales", pero no oculta su tristeza por que la mayoría de peregrinos a la cuna del cristianismo se limite a efectuar visitas relámpago en grupos organizados.
"El verdadero problema del turismo a Belén es que llega a través de operadores turísticos israelíes, que los devuelven a dormir a Israel. (Los turistas) vienen aquí en autobuses a visitar los santos lugares y luego vuelven a comer y dormir en Israel, a gastar allí el dinero. De ellos no nos queda nada", se lamenta Batarse en una entrevista con Efe en la sede del Ayuntamiento, en la famosa Plaza del Pesebre.
Los cientos de peregrinos que visitan (principalmente por medio de tour-operadores israelíes) cada día Belén, en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, pasan en el mejor de los casos unas cuantas horas en la ciudad, antes de regresar a Jerusalén, situada a apenas ocho kilómetros de distancia.
Consciente de los temores que despierta la palabra "Palestina" entre los turistas más precavidos, Batarse insiste en que la ciudad es "segura" y juega la baza de la comparación con el Estado judío.
"Esperamos que más turismo llegue y duerma en Belén. Eso es lo que queremos: que usen nuestros hoteles, nuestros restaurantes, que son más baratos que los de Israel, más limpios y con mejor comida", señala orgulloso.
El alcalde (de confesión cristiana como obliga una ley municipal, pese a que la inmensa mayoría de la población local es hoy musulmana y el movimiento islamista Hamás ganó las últimas elecciones municipales) no oculta que la crisis económica mundial ha puesto el freno a años de espectacular aumento del turismo a la ciudad, pero se muestra esperanzado ante el futuro.
"Estoy convencido de que cuando termine la crisis el turismo regresará a los niveles anteriores a la Segunda Intifada (iniciada en 2000). El año pasado fue excelente, vinieron 1.250.000 turistas, una de las cifras más altas. En 2000 tuvimos alrededor de 1.500.000 y esperamos llegar hasta 2.000.000 en algún momento", dice.
Los anhelos de Batarse no se centran sólo en el número de peregrinos, sino también en la situación política de la zona.
"Mi deseo es el de cualquier palestino y, en particular, cualquier ciudadano de Belén: que el año que viene podamos tener paz en Belén, en Palestina y en todo el mundo", afirma.
El regidor envía "un mensaje de amor y paz a todo el Planeta" con el deseo de que "la estrella de Belén brille siempre sobre todo el mundo", y dedica asimismo un "mensaje especial de feliz Navidad" al "pueblo español", al que define como "amigo".
