El puertorriqueño Roberto Alomar, quien es casi seguro que el próximo miércoles se convierta en un nuevo miembro del Salón de la Fama de Cooperstown "está muy feliz por ese honor", dijo a DominicanosHoy.com su amigo Miguel Montás, empresario dominicano radicado en Nueva York.
"El está muy feliz y esperará el anuncio en el restaurant El Nuevo Caridad, junto a su esposa Mary Pili", dijo Montás, quien tiene una gran amistad con el ex intermedista Boricua.
Alomar es probablemente el mejor segunda base de todos los tiempos, porque además de su brillante defensa, tenía una ofensiva devastadora.
Alomar debutó en Grandes Ligas 1988 con los Padres de San Diego e hizo que el juego de béisbol pareciera fácil.
"El viene con su esposa (Mary Pili) y compartiremos en El Caridad", agregó Montás, a cuyo restaurant acuden la mayoría de los peloteros de Grandes Ligas.
La defensa de Alomar era tan buena, que desde 1991 hasta 1996, ganó seis Guantes de Oro en forma consecutiva antes de tomarse un receso en el 1997 para hilvanar una segunda racha de cuatro nuevos guantes dorados entre 1998 y el 2001 para sumar 10 en su carrera.
En sus 15 años en las mayores, terminó con un promedio de .300, producto de 2,724 indiscutibles en 9,073 turnos al bate.
También acumuló 210 cuadrangulares y remolcó 1,134 vueltas, además de sumar 504 dobles y 80 triples en una carrera redonda de mucho empuje.
