Caracas.- La devaluación monetaria en Venezuela entró hoy en vigor en medio de una persistente incertidumbre sobre los efectos de la medida, que fija una doble paridad, en la ya galopante inflación y la mermada productividad nacional.
Mientras el Gobierno del presidente Hugo Chávez insiste en que la devaluación no impactará en los precios e impulsará la producción, analistas privados preven una desbandada de la inflación y un efecto prácticamente nulo en la productividad de Venezuela, quinto exportador mundial de crudo.
Este lunes fue publicada en gaceta oficial la vigencia del nuevo sistema dual de cambio controlado en Venezuela, con tasas de 2,6 y 4,3 bolívares por dólar, lo que significó una devaluación del 20,9 y 100 por ciento respecto al anterior cambio único de 2,15 bolívares por divisa.
La tasa de 2,6 se aplicará a la importación de bienes y servicios básicos como alimentos, salud, educación, maquinarias, entre otros, y la de 4,3 a los sectores no primordiales como automotriz, caucho, comercio, químicos, informática, electrodomésticos, turismo, entre otros.
Los comercios en Caracas operaban con relativa normalidad esta mañana en comparación con las compras nerviosas del fin de semana, cuando miles de caraqueños abarrotaron las tiendas de artículos de computación, electrodomésticos y electrónica, ante el temor de un alza de los precios.
Filas de compradores se observaban en algunos comercios de la capital, mientras gerentes de supermercados y locales de electrónica del este capitalino dijeron a Efe que, de momento, descartaban ajustar sus precios como consecuencia de la devaluación.
Chávez amenazó ayer con expropiar los comercios que incurran en especulación e insistió en que el "ajuste" cambiario no debe generar un incremento de los precios.
Analistas y directivos del gremio de industriales insistieron hoy en que la "maxidevaluación" acelerará la inflación, que acumuló 25,1 por ciento en 2009 y 30,9 por ciento en 2008, y no favorecerá la producción nacional debido al clima de desconfianza en el país que, dijeron, alimenta el Gobierno "revolucionario".
Domingo Maza Zavala, ex directivo del Banco Central de Venezuela (BCV-emisor), indicó que "la carga inflacionaria de la devaluación va a ser bastante significativa", y podría impulsar al indicador hasta "más o menos el 50 por ciento" este año.
Maza señaló que no solo el sector privado "tendrá que poner nuevos precios a las importaciones", sino también el Gobierno, que es el principal importador de alimentos y otros productos de primera necesidad.
De no hacerlo, "el subsidio a cargo del fisco" de rubros básicos como alimentos y medicinas, "sería mucho mayor", aseguró el experto.
Maza negó que la devaluación vaya a impulsar las exportaciones venezolanas, porque, argumentó, ello "requiere que la actitud del Ejecutivo cambie frente al sector empresarial".
En ese sentido, el presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), Carlos Larrazábal, señaló que la producción local crecerá en la medida en que se "evite el ambiente de ataque continuo" al sector privado por parte del Ejecutivo y se pongan en marcha "políticas confiables, creíbles y coherentes".
El control de cambio vigente desde 2003 "ha originado la sobrevaluación de la moneda y eso ha propiciado que lo importado sea más económico que lo producido en Venezuela", afirmó Larrazábal.
Agregó que en el país persiste "un ambiente hostil donde se ataca al inversionista", y alertó que "mientras no se revierta la intención del Gobierno de montar una economía socialista, que ha fracasado en todas partes, habrá otra devaluación en dos años".
Con la "maxidevaluación, lo único que se está logrando es aumentar al doble los ingresos del Gobierno, reducir sus pasivos a la mitad, y que tenga una cantidad importante para inyectar al gasto público, lo que va a incrementar la inflación", añadió el presidente de Conindustria.
Por su parte, el dirigente del socialcristiano COPEI Partido Popular, Alejandro Vivas, afirmó que "el único beneficiario" de la devaluación es "Chávez" porque "le está metiendo la mano en el bolsillo a la gente para hacerla más pobre y él hacerse más rico de cara a la campaña electoral para la Asamblea Nacional (AN)".
Los comicios para renovar el unicameral AN, de 167 miembros, casi todos oficialistas, están previstos el próximo 26 de septiembre.