Francesita, cortas, largas, redondas, cuadradas, no importa como estén sus uñas: lo más importante es que la moda también dicta tendencias para las uñas, y es un tema que preocupa a muchas mujeres. A fin de cuentas las manos son una vitrina, están siempre expuestas a cualquier mirada.
Igual, sea cual sea el estilo del momento, si las uñas están maltratadas son sinónimo de manos feas, descuidadas o envejecidas. Las uñas son el apéndice más duro de nuestro cuerpo, y por eso son susceptibles a las más variadas alteraciones, que comprometen directamente su estética. Por lo tanto, en casa o en el salón de belleza es fundamental prestar atención a los utensilios utilizados para su cuidado. No comparta alicates ni lijas, y en las idas a la manicure verifique que los utensilios que ésta usará hayan sido esterilizados. De esa forma se evita el riesgo de contaminación con bacterias que pueden llegar a hacer que la uña se caiga.
El principal cuidado debe ser con el corte, que en los costados nunca debe ser tan profundo; si no, hay riesgo de que la uña se encaje en la piel.
Tampoco hay que remover totalmente las cutículas, pues éstas tienen la función de proteger a la uña contra hongos y bacterias. La remoción frecuente y excesiva puede causar afecciones repetidas y alterar la estructura.
Tener las uñas siempre pintadas hace que se resequen y se vuelvan quebradizas. Para prevenir ese fenómeno debe darse un intervalo, por ejemplo, una semana cada tres, en el uso del esmalte, y durante ese período aplicarles cremas hidratantes o aceites.
La aparición de líneas transversales o longitudinales está relacionada con los traumatismos constantes del día a día. Uñas quebradizas o descascaradas revelan la presencia de micosis causadas por hongos, o de psoriasis. Para identificarlos, es necesario un examen clínico y de laboratorio, ya que siempre hay un tratamiento adecuado para cada caso.