Nueva York.- Los niños asmáticos pueden tener problemas para dormir bien si conviven con un fumador.
Un estudio reveló que, entre más de 200 niños asmáticos de 6 a 12 años, aquellos expuestos al humo de cigarrillo de segunda mano tendían a dormir mal y a tener somnolencia diurna.
Se desconocen los motivos de esa relación y los autores apuntarían a que los niños asmáticos expuestos al humo del tabaco tienen más problemas para respirar de noche, lo que les altera el sueño.
La relación entre el humo de segunda mano y los problemas de sueño se mantuvo aún tras considerar la gravedad del asma, lo que sugiere que la exposición al tabaquismo pasivo alteraría la calidad del sueño infantil.
Los padres ya tienen motivos para no fumar, en especial si tienen hijos asmáticos. Estos resultados ofrecen más incentivos, opinó la doctora Kimberly Yolton, profesora asistente de pediatría del Centro Médico del Hospital de Niños de Cincinnati, en Ohio.
"Los chicos asmáticos son muy vulnerables a la exposición al humo de tabaco", dijo Yolton a Reuters Health. "Además de exacerbar los problemas respiratorios asociados con el asma, ahora podemos mostrar evidencias de que la exposición altera el sueño de los niños" que sufren ese trastorno, agregó.
Yolton explicó que las alteraciones del sueño infantil pueden tener consecuencias graves, como problemas de atención y de conducta o mal desempeño escolar. De modo que es "muy posible" que el humo potencie esos problemas en algunos niños con asma.
Los datos, publicados en la revista Pediatrics, surgen de evaluaciones a 219 chicos asmáticos de Cincinnati.
El equipo halló que, sorpresivamente, casi todos (el 93 por ciento) tenían un puntaje bastante alto en una escala estandarizada de alteraciones del sueño como para sugerir la existencia de trastornos "clínicamente relevantes".
Los niños expuestos al tabaquismo pasivo tuvieron en general más problemas de sueño que los no expuestos, como más dificultad para dormir, más síntomas nocturnos y más parasomnias (sonambulismo, pesadillas y terrores nocturnos).
Además del efecto del humo en las vías aéreas, el equipo opinó que es posible que la nicotina tenga un papel en esos trastornos, ya que es un estimulante que altera el sueño.
Yolton agregó que si bien el estudio no incluyó a niños sin asma, es probable que el humo de segunda mano también les genere dificultades para dormir.