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El fallo de la JCE: “la suerte está echada”

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El PRD, su mando de dirección debe dar una señal clara a su base y todo el país de que asume con determinación su posición de principal partido de oposición, de la integración de su cúpula a la elaboración de un Plan de educación y modernización del partido blanco.

El fallo emitido por la Cámara Contenciosa de la Junta Central Electoral, que rechazó en todas sus partes las impugnaciones elevadas por Guido Gómez Mazara, Tony Peña Guaba y otros dirigentes, a los resultados de la XXVII Convención Ordinaria efectuada el pasado 27 de septiembre, fortalece la decisión de hacer respetar el voto de las bases, de los organismos institucionales de la disciplina de la organización, y de asumir ese Plan de actualización de modernización del PRD.

Deben sus líderes salir por todo el país, bajo el espíritu peñagomista, tal y como lo hicieron con doña Milagros Ortíz Bosch, reunirse con todos los candidatos del partido, llevar el mensaje del triunfo y de la victoria.

Está bien celebrar la nueva Constitución que regirá los destinos de todos los dominicanos ¿quién la hará cumplir? Pero, ¿Y la reforma política que no consiste en modificar ley alguna, sino aquella que modifique sus propios estatutos y cartas orgánicas del partido? Tan necesaria en el PRD y todos los partidos.

Uno se pregunta ¿Por qué ningún partido político empieza por casa y realiza internamente su propia reforma política?

¿Cómo pueden cambiar la legislación nacional sino muestran intensión de hacer algo ejemplar en el seno de los propios partidos?

El PRD debe abocarse al triunfo electoral en las elecciones de medio tiempo, para aumentar sus Síndicos, diputados, senadores y regidores, pero se hace urgente y necesario que concomitantemente trabaje en su reforma política partidaria, que los relance a una democracia competitiva, que permita: la selección de candidatos basado en la idoneidad y representatividad; renovación, incremento, profesionalización y educación de la dirigencia política; métodos transparente de financiamientos, etc.

El PRD no puede seguir siendo una capilla de dirigentes anquilosados en el pasado, sin organización, planificación, donde una parte tradicional de su cúpula se pierde en la búsqueda particular, de repartición de cargos y de objetivos de grupos.

Hay que hacer que el PRD abrace un proyecto de nación, que se adapte a los nuevos tiempos; un PRD nuevo, con una forma nueva de hacer política, creíble, renovada, que atraiga a sus proximidades los jóvenes, las mujeres, los profesionales, los obreros, los empresarios etc.

Debe de dejar de ser algo común la práctica del clientelismo, el amiguismo, los intercambios de favores, el repartirse los cargos, las candidaturas entre sus amigos, mujeres, etc., dejando fuera la representatividad de los liderazgos de la base, de los sectores partidarios que inciden en la sociedad. Así sellan un pacto del silencio.

Se necesitan autoridades del partido que supervisen y obliguen a la adhesión de los principios y las decisiones partidarias de todos los dirigentes y de los que se postulan a cargos públicos.

El fallo de la JCE permitirá al PRD proclamar y juramentar a su secretario general, Orlando Jorge Mera; de organización, Geanilda Vásquez, a sus vicepresidentes y subsecretarios nacionales y a los más de 3 mil dirigentes municipales y de las seccionales del exterior que fueron elegidos en la convención, ojala asuman el proyecto de hacer un nuevo PRD, adecuado a los nuevos tiempos, con un criterio claro y definido de oposición al Gobierno.

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