Nueva York.- Un nuevo estudio sugiere que beber alcohol protegería los corazones de los hombres españoles, pero no de las mujeres.
Pero eso no significa que los hombres deberían comenzar a beber para evitar la enfermedad cardíaca, advirtió la investigadora Larrarte Arriola, del Departamento de Salud Pública de Gipuzkoa, del gobierno vasco de San Sebastián, España.
"El alcohol causa miles de muertes", dijo a Reuters Health la especialista.
El equipo de Arriola evaluó el consumo de alcohol de 15.630 hombres y mujeres, de entre 26 y 69 años, el año previo al estudio. En la siguiente década, estudiaron si tenían infartos u otros problemas cardíacos.
La mayoría no tenía enfermedades cardíacas al inicio del estudio. En 10 años, 481 hombres y 128 mujeres sufrieron un problema de corazón: la tasa de eventos cardíacos cada 100.000 personas por año fue 300 para los hombres y 48 para las mujeres.
En la revista Heart, el equipo precisó que los episodios cardíacos fueron por lo menos un 30 por ciento menos frecuentes en los hombres que bebían cantidades moderadas, altas y muy altas de alcohol, en análisis que incluyeron otros factores asociados con la enfermedad coronaria, como la edad, el tabaquismo, la educación, el ejercicio y el peso.
El tipo de alcohol ingerido no modificó la relación.
Los investigadores dijeron que un consumo moderado de alcohol equivale a entre 5 y 30 gramos por día, mientras que un consumo alto y muy alto corresponde a entre 30 y 90 gramos, y más de 90 gramos, respectivamente. Una copa de vino contiene entre 8 y 10 gramos de alcohol.
El equipo no halló una asociación protectora similar en las mujeres, quizás por la baja cantidad de problemas cardíacos que presentaron.
Estudios previos habían obtenido resultados similares en otras poblaciones. Pero el nuevo estudio se destaca porque analizó por separado a los ex bebedores sanos y a los no bebedores.
Eso permitió demostrar que la mala calidad de la salud de los ex bebedores, y no la abstinencia del alcohol, elevó el riesgo cardíaco.
Eso a su vez refuerza la relación con el bajo riesgo de enfermedad coronaria en los bebedores, ya que el estudio identificó una menor contingencia aún en bebedores en exceso, al compararlos con los no bebedores.