Hong Kong.- La flecha de San Valentín ha conocido días mejores en Hong Kong, días en los que su arco no ha tenido que vérselas con tigres, petardos y mandarinos (arbolillos típico del Año Nuevo Chino).
"Este año tendremos más trabajo para el Año Nuevo Chino, creo que irá mejor que San Valentín, porque San Valentín cae en día festivo y la gente no va a la oficina y, por tanto, habrá menos pedidos", dijo a Efe la florista Anita Wu.
Como otras del gremio, Wu no parece excesivamente feliz con que la principal celebración del calendario lunar chino y San Valentín se solapen en 2010.
Una coincidencia que no sería problemática si no es porque muchas mujeres de Hong Kong prefieren recibir el ramo en el trabajo. O, porque al salir de vacaciones, nadie compra flores, resumió la florista.
Melanie Ho, canadiense con raíces hongkonesas, se incluye en el bando de las que no lo celebrarán.
"Aunque mucha gente en todo el mundo celebra San Valentín yo no soy una de ellas. Ha pasado a ser algo demasiado comercial para mi gusto, por lo que celebro cumpleaños y aniversarios en lugar de San Valentín", explicó, para subrayar a continuación que no veía ningún "problema en querer recibir las flores en la oficina".
"Pero creo que puede ser más especial recibirlas un martes en marzo que en San Valentín", concluyó.
La florista Louise Lee calculó que la celebración del día de los enamorados no se remonta en Hong Kong a más de "treinta años. Antes nadie sabía qué era eso".
Pero una vez instalada la fecha, la festividad ha sido para todos, "extranjeros y hongkoneses", aseguró la actual directora de Lee Wing Ke Florist, un negocio abierto por su familia en 1902 cuando la ciudad era colonia británica.
Eso sí, la clientela es diferente, "los viejos compran flores para el Año Nuevo Chino, mientras que los jóvenes lo hacen para San Valentín", aseguró Lee. Azaleas, peonías y orquídeas los unos, rosas y lirios los otros.
Los corazones, pétalos rojos, querubines y otros embajadores asociados con el festejo de los enamorados apenas están presentes estos días en la ciudad, a diferencia de otros años por estas fechas.
Con bastante poca buenaventura pueden verse rosas y cartulinas con la inscripción "love" (amor) perdidas entre las típicas decoraciones del Año Nuevo Chino, ya sean guirnaldas de petardos o farolillos rojos.
Los centros comerciales, recepciones de edificios, portarles y comercios apenas han hecho guiños a la fiesta importada.
Los puestos del distrito comercial de Central, especializados en cualquier parafernalia festiva, ya sea Navidad, Halloween o el festival del medio otoño, se han cruzado de brazos ante San Valentín.
Sólo Yvonne Pang, una de las empresarias de la zona, ha apostado por esta fecha con un par de sonrientes tigres (animal que presidirá -con o sin sonrisa- 2010) enlazados con un cordón, cascabeles y un corazón.
"Es una hucha, para que las parejas ahorren dinero", explicó Pang.
Si los enamorados/románticos no tendrán problemas a la hora de comprar cajas de bombones, especialmente profusas en estas fechas, o ramos de flores, sí tendrán que anticipar y planificar la salida a la luz de las velas por los restaurantes de la urbe.
Aunque los hoteles y buena parte de los restaurantes de corte occidental colgarán el cartel de abierto, no ocurrirá lo mismo con los locales más tradicionales y los considerados como negocios familiares, que cerrarán religiosamente para atraer la suerte del nuevo año.
"No creo que sea incompatible San Valentín con el Año Nuevo Chino", apuntó Ho.
"Al mediodía puede celebrarse con la familia y en la noche con la pareja", opción por la que se han decantado colegas de la joven canadiense.