Venezolano preso por tráfico haitianos niega acusación

Santiago (RD).- El venezolano Luis Guillermo Medina Velasco, detenido el fin de semana por las autoridades dominicanas cuando transportaba hasta la ciudad de Santiago (norte) a seis haitianos, negó hoy la acusación en su contra, al tiempo que aseguró que solo se trató de "un favor".

El venezolano, quien fue dejado en libertad, dijo a la prensa que trabaja como gerente de venta de una empresa de químicos en la zona norte y que mientras se encontraba en Dajabón (noroeste) una vecina suya de nacionalidad haitiana que identificó como Ramona Otonel le pidió que la transportara a Santiago junto a otros cinco compatriotas, entre ellos tres niñas.

Explicó que como se trataba de su vecina que había perdido todo en el terremoto que afectó a Haití el pasado 12 de enero, y ajeno a las implicaciones que ello podría tener, accedió a transportarlos.

Medina Velasco y los haitianos fueron detenidos por los militares en Montecristi y enviados ante un fiscal, quien, tras interrogarlos, ordenó su libertad.

El venezolano aseguró que el fiscal les facilitó una carta para que no enfrentaran problemas en los puestos de chequeos militares que hay establecidos en la carretera que une en la frontera dominico-haitiana con la ciudad de Santiago.

Precisó que las tres niñas se encuentran con su madre en Santiago, al tiempo que aseguró que en los doce años que tiene residiendo legalmente en la República Dominicana "nunca" ha tenido problemas con la Justicia, por lo que pidió a las autoridades de Migración y al Ejército Nacional "limpiar" su nombre.

Fuentes migratorias y del Ejército Nacional en la provincia de Dajabón aseguran que casi a diario tienen que lidiar con ciudadanos de diferentes países que intentan ingresar a República Dominicana acompañados de haitianos ilegales, la mayoría menores de edad.

Para las autoridades dominicanas, el hecho de que muchos niños y adolescentes haitianos traten de ser ingresados al país por la frontera dominico-haitiana evidencia que existe un tráfico inhumano que manejan desaprensivos haitianos, extranjeros y dominicanos.

Decenas de niños y adolescentes pernoctan en las calles de Santiago, la segunda ciudad del país, mientras organizaciones representativas de la provincia, incluidas las de derechos humanos, califican de peligrosa e inhumana la situación.

Esas instituciones estiman que tienen informaciones de que la mayoría de esos menores traficados a República Dominicana después del fuerte sismo que causó más de 212.000 muertos, tienen sus padres, abuelos y otros familiares vivos y que son víctimas de robos y secuestros por las redes que siempre han operado en Haití y que se han fortalecido luego del terremoto.

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