Muchos electores estamos claros sobre el papel que los diputados, como funcionarios públicos deben desempeñar en el Congreso de la República.
El legislador que más trabaja no es el que hace obra en su comunidad, regalando mosquiteros, fumigando cañadas o sacando de las casas de empeño artículos de sus correligionarios.
El diputado o diputada no es el que ha ido a ocupar una curul congresual para arreglar calles y construir obras con el sueldo que gana,
Además de que esa no es su misión, los congresistas no manejan presupuesto, estos más bien, están para presentar proyectos de leyes que beneficien a la gran colectividad y en el marco de su gestión exigir y demandar del superior gobierno para que acuda en auxilio de todos los ciudadanos.
Los diputados de la circunscripción 3, especialmente los del partido de mi preferencia (el PRD), no acaban de aprender esta lección y siguen diciendo que trabajan porque algunos poseen una fundación y resuelven algunos que otros problemas personales a sus más cercanos colaboradores. Eso no es legislar para las mayorías.
¿Qué gana un diputado con reglarle un mosquitero a una doña, por el simple hecho de que a la dama le están picando los mosquitos? Más bien, levante la mirada para ver si en su comunidad hay un brote de estos dañinos insectos y denúncielo por los medios para que el ministerio de salud proceda, a través de la aplicación de una campaña de fumigación eliminarlos.
A propósito de que la doctora Milagros Ortiz Bosch acaba de aceptar la candidatura a senadora del PRD, por el Distrito Nacional, yo invito a muchos diputados a imitar su ejemplo, ya que la ex vicepresidenta de la República y ex ministra de educación, como legisladora pudo demostrar que es posible legislar para beneficio de la mayoría.
Todos recordamos y ponemos como ejemplo la Ley 2497, que protege a la familia al penalizar la violencia intrafamiliar, así como la trasformación de la justicia y la práctica de la transparencia, que personalmente ha promovido con las rendiciones de cuenta sobre sus ejecutorias.