En repetidas ocasiones, por esta misma vía he sostenido, que el estudio de nuestra historia nos enseña los orígenes del dominicano. Al leer “Memorial de la Guazábara” he quedado satisfecho por completo; pues descubre que tenía razón, pero, también me dí cuenta en el abismo que hemos caído. Nos hemos olvidado de nuestros primeros y fuertes héroes nacionales, tal vez, solamente hemos reivindicado a Caonabo, Anacaona, Hatuey, Bohechio. ¿Que hemos hecho por Guaroa, Guarionex, Mayobanex, Cotubanamá.? Por eso, Memorial de la Guazábara, considero que es una introducción para el rescate de nuestra Memoria Historia original.
Sin esta obra, magníficamente estructurada y documentada de nuestro insigne historiador José Miguel Soto Jiménez, no sería posible rescatar ese inmenso y admirable pasado nuestro. Este libro debería ser leído y consultado por todos los Maestros de la escuela nacional, para que le sean mostrados a nuestros jóvenes estudiantes la verdad sobre el arrojo y sacrificios de nuestros primeros pobladores y conozcan de su sacrificio y capacidad de resistencia, quizás, esos ejemplos sirvierón de pauta a los hombres de la Puerta del Conde y Capotillo y ojala estas nuevas generaciones con ese símbolo estructuren una nueva nación.
La obra Memorial de la Guazábara (significa batalla, pelea, escaramuza, guerra), como dice su autor es “lo de ahora y de antes es un asunto de comienzo interminable. Tópico de regresos, recuentos y retornos”. Este es el momento de conocer nuestros ancestrales abuelos y abuelas.
“Es un jarabe contra el olvido”. Todo ese historial relatado en la obra resultan lecciones del recuerdo, como muy bien señala Soto Jiménez en su libro. Yo me atrevía a decir que esta obra es un monumental poema de amor y sacrificio, pero lamentablemente “es mas vergüenza que recuerdo” (cita del autor). Por ante todo conocemos los primeros héroes nacionales, pero también a esos “tontos, los ingenuos ó los pendejos, aunque se impusieron los bravos en varias ocasiones, como aquel “cacique indómito, señor de la “Saona”, alto y fuerte como una caoba centenaria. (palabras del autor).
Un estudio profundo del libro que nos ocupa, nos lleva a la conclusión, que al través de los años lo que hemos forjado es un Estado fragmentado y un desgobierno judicial, que se ha originado desde la siembra de nuestros antepasados.
No quiero terminar sin decir claramente, que la obra es un modelo bien estructurado y organizado, completamente documentada y su autor, Miguel Soto Jiménez, nos brinda en ella el ejemplo de una disciplina muy bien definida en una prosa con un gran aliento poético.
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