Washington.- Líderes republicanos del Congreso de Estados Unidos dejaron entrever hoy su oposición al nuevo plan de salud que promueve el presidente Barack Obama y pusieron en duda que la "cumbre" del próximo jueves en la Casa Blanca logre destrabar las negociaciones.
Obama ha convocado una "cumbre" de salud con una treintena de líderes demócratas y republicanos en la Casa Blanca con el objetivo de reactivar el diálogo sobre la reforma del sistema de salud más caro del mundo, que sigue siendo una de sus principales prioridades legislativas.
El plan de Obama incorpora los componentes más populares de sendas versiones de la reforma de salud ya aprobadas por ambas cámaras del Congreso a finales del año pasado.
Sin embargo, algunos observadores han puesto en duda que, más allá de una sesión de fotos protocolaria, la cumbre televisiva de seis horas pueda arrojar luz a las pugnas partidistas en torno a la reforma de salud.
Y los republicanos parecen darles la razón.
La meta de la cumbre, según observadores, es demostrar que el mandatario estadounidense no ha tirado la toalla en sus esfuerzos de forjar el bipartidismo, si bien los republicanos se mantienen inamovibles en su oposición a la reforma.
El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, afirmó hoy que los republicanos están "contentos" de haber sido invitados a la Casa Blanca, pero señaló no estar "muy seguro de cuál es el propósito".
Por ahora, el único propósito de la oposición ha sido criticar las propuestas demócratas y demostrar a la opinión pública que las suyas, aunque de menor alcance, sí lograrán ampliar la cobertura médica en EE.UU. sin aumentar el ya abultado déficit fiscal.
Mientras, los demócratas también han dejado en claro que no cederán a las presiones de los republicanos de hacer "borrón y cuenta nueva" en el debate sobre la reforma de salud.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo hoy en una rueda de prensa que mañana ese órgano legislativo debatirá un proyecto de ley que, de ser aprobado, "pondrá fin a las protecciones antimonopolio" de las que han gozado las aseguradoras.
"Mañana será un día muy especial en el Congreso de Estados Unidos porque mañana haremos un verdadero cambio" a favor del pueblo estadounidense, afirmó Pelosi.
Según la legisladora californiana, durante más de 60 años las aseguradoras han jugado "en su propia cancha" y el proyecto de ley en cuestión "restablecerá la competencia, la justicia y las opciones" en el mercado de seguros médicos.
Agregó que las aseguradoras han registrado "enormes ganancias" y que sus ejecutivos perciben "enormes salarios mientras le dicen a las familias estadounidenses que tienen que pagar más por sus seguros".
La legislación en el pleno de la Cámara Baja es tan solo "otro paso clave" hacia la "reforma de salud integral", según Pelosi.
Tras la victoria electoral del republicano Scott Brown en Massachusetts, el mes pasado, los demócratas perdieron la "supermayoría" en el Senado con la que podían frenar cualquier táctica obstruccionista de los republicanos para realizar la votación definitiva de los proyectos de ley.
Con sus 41 votos, los republicanos pueden bloquear la votación definitiva de la reforma de salud en el Senado, donde los demócratas ahora numeran 59.
Así las cosas, la única opción que queda para los demócratas en la Cámara Baja es que recurran a un complejo proceso de "reconciliación" presupuestaria y acepten, aunque de mala gana, la versión de la reforma que aprobó el Senado en diciembre pasado.
Los demócratas del Senado después tendrían que hacer algunas modificaciones, conscientes de que, de todas maneras, con o sin reforma de salud habrá un costo político en las urnas en noviembre próximo.
Pero ese proceso legislativo, al menos, evitaría las tácticas de la oposición y sólo requeriría la aprobación de una mayoría simple en el Senado, es decir, 51 votos. EFE