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MIS PADRES JEAN AWAD Y PILAR BAEZ LOS ASESINARON

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MIS PADRES JEAN AWAD Y PILAR BAEZ LOS ASESINARON
Como hija única de Pilar Báez de Awad y de Jean Awad Canaán, ambos asesinados durante la tiranía de Trujillo, desmiento y repudio públicamente las versiones expuestas en el libro de la hija del sátrapa, Rafael L. Trujillo concerniente a mis padres. La muerte de mis padres acontecida durante la tiranía trujillista, el 6 de febrero de 1960 y el 30 de noviembre del mismo año, fue un hecho que hizo historia. El hostigamiento a que ambos fueron sometidos antes de su muerte marcó sus últimos años de vida. Desde el destierro a Jimaní y a Restauración poco después de sus bodas por “haberse retirado de una fiesta de los Trujillo sin permiso”, las amenazas hechas en el palacio a mi padre de que “ambos desaparecerían del mapa” como se lo confesara mi padre a mis abuelos después de que fuera llamado a presentarse ante Luís José León Estévez y Rafael L. Trujillo, hasta la foto de mi padre que él me dedicó el 30 de junio de 1960 y le entregó a mi mamá-abuela solicitándole que “por favor le entregara esa foto a su hija cuando creciera porque él sabía que ella no lo iba a conocer” son evidencias de lo amenazadas que estaban sus vidas y de la persecución que se había desatado en su contra. Es una atrocidad y cobardía que esta mujer, 50 años después y cuando mis padres y abuelos ya no están para defenderse, pretenda venir a cambiar la historia con falsas calumnias y afirmaciones queriendo desvirtuar y confundir a las más jóvenes generaciones. Y lo que es peor aún, que terceras generaciones trujillistas como su hijo, Ramfis Domínguez Trujillo, se esté dando a la tarea de apoyar las mentiras y barbaridades de su madre sirviendo de portavoz de las monstruosidades sin fundamento contenidas en ese repugnante libro. Se han escuchado diferentes voces como la del doctor Jordi Brossa, director de la clínica Abreu al momento de mi nacimiento y muerte de mi madre el 6 de febrero de 1960 y quien afirma que la muerte de mi madre fue natural. Es obvio que como el entonces director de la clínica, el doctor Brossa no puede decir lo contrario. Como puede asegurar el Dr. Brossa, que la mano criminal de los Trujillo, a través de la enfermera, no tuviera acceso a mi madre para ponerle una inyección que le causara una hemorragia? Así mismo se ha escuchado la voz de Sención Silverio, uno de los individuos que presuntamente estuvo viajando en el vehículo junto a mi padre, la fatídica tarde del 30 de noviembre de 1960, día en que mi padre perdió su vida, así como de otros que no les interesa que se sepa la realidad pues no quieren verse involucrados con uno de los tantos crímenes cometidos en la época de la tiranía trujillista. También afirma “que se entrevistó con la hija de Jean Awad Canaán y que ella quedó conforme con sus explicaciones”. Que poca percepción tiene Sención Silverio. Pena fue lo que sentí de ver como mentía tratando de convencerme de que había sido un accidente inventando historias cuando en ningún momento me miró a los ojos. El Señor Sención Silverio no puede asegurar que fuera un accidente causado por la divina providencia, quién sabe y hasta él fue utilizado para que muriera junto a mi padre pues todas las circunstancias estaban dadas para que ese “accidente’’ se diera. Desde el envío a esa misión, el vehículo nuevo, los peloteros que no aparecían, llevarse a mi padre a “tomar tragos” para después que “aparecieran” los peloteros, coger carretera. Las circunstancias reales en que mis padres vivieron los últimos años antes de sus muertes son innegables e irrefutables. Angelita Trujillo se encaprichó con mi padre estando ella casada con Luis José León Estévez, acosándolo sin importarle su condición de casado y la amistad que le había unido a ella con mi madre y el peligro al que ella expuso a mi padre al fijarse en él. ¿Acaso no está casada actualmente con Luis José Domínguez, el que al momento de su enamoramiento era esposo de otra de sus mejores amigas, Inova Marte? Tan amiga era de la pareja que es madrina de Inova Domínguez Marte, la única hija procreada entre Luis José Domínguez e Inova Marte. Hecho también innegable. Angelita Trujillo amparada por el poder de la tiranía trujillista, estaba acostumbrada a conseguir todos sus caprichos, motivo suficiente para deshacerse de mi madre para que mi padre quedara libre. Si quiere aportar hechos verídicos, debería relatar en su libro como, apenas unos días después de la muerte de mi madre, el 14 de febrero de 1960, pusieron a mi padre bajo el mando directo de Luís José León Estévez, el mismo hombre que ya anteriormente lo había amenazado de muerte y que lo envió a ese viaje a San Juan de la Maguana a buscar unos peloteros, misión que a un segundo teniente no le correspondía de la cual regreso sólo su cadáver. ¿Por qué no escribe que a mi padre le dieron un vehículo nuevo obtenido en la Caribbean Motors Company con seguro full para ir a ese viaje? Como es de todos conocidos, en ese tiempo era costumbre “desaparecer” a las personas en presuntos accidentes automovilísticos. No es casualidad que mis padres que venían siendo amenazados y castigados murieran el mismo año, en menos de 9 meses. Los hechos demuestran claramente que los últimos años de vida de mis padres, fueron años de angustia y persecución, culminando como tantos otros que caían en desgracia de los Trujillo, en este caso de Angelita Trujillo, ambos vilmente asesinados. Esa imborrable realidad todavía permanece latente en la memoria de todos los que fueron testigos de esa trágica época de nuestra historia. Le pido a Dios que se les deje descansar en paz, ya mucho daño que nos hizo privándolos a ellos de sus vidas y a mí de su amor y protección para que 50 años después de sus muertes quiera distorsionar la realidad con falsedades e injurias. Pilar Awad Báez

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