TAMPA, Florida.- Los Piratas de Pittsburgh no quieren acelerar más de la cuenta la carrera del talentoso antesalista Pedro Álvarez, pero el dominicano tiene sus propios planes para impulsar su entrada a las Grandes Ligas.
Álvarez fue seleccionado 2º en el sorteo del 2008.
"Todos los días fajado, trabajando duro, tratando de aprender lo máximo", dijo Álvarez a ESPNdeportes.com antes del partido de este miércoles contra los Yankees de Nueva York en el estadio George Steinbrenner de Tampa, Florida.
"Tengo toda la confianza de que si me tiran allá arriba puedo hacer el trabajo, me siento listo, pero esa decisión no la tomo yo", agregó.
Álvarez, de 23 años, fue la segunda selección del sorteo universitario del 2008. Después de un traumático proceso de negociaciones con el agente Scott Boras, los Piratas firmaron al quisqueyano con un bono de US$6,0 millones de dólares (posteriormente renegociaron los términos y el bono se elevó a US$6,4 millones).
En su primera temporada en el profesionalismo (entre A y doble A), "El Toro" bateó .288 y encabezó a todos los jugadores de las ligas menores de los Piratas con 27 jonrones y 95 carreras remolcadas en 126 juegos. Eso a pesar de un lento comienzo y un aparente descuido con la forma física.
"Lo más difícil es lo obvio, la temporada es más larga", dijo Álvarez sobre el proceso de adaptarse al profesionalismo. "Uno se cansa más rápido por los viajes, es muy fácil fallar y meterse en un círculo vicioso", agregó la antigua estrella de la Universidad de Vanderbilt.
Álvarez está en los entrenamientos primaverales de Pittsburgh por segundo año consecutivo, pero eso no significa que hay un puesto para él en la nómina de Grandes Ligas. El plan inicial de los Piratas es usar a
Andy LaRoche en la esquina caliente y enviar a Álvarez a Triple A para que siga puliendo su gran talento.
Pero después de ver las condiciones físicas en que llegó Álvarez al campamento primaveral y observarlo batear de 4-3 en primer partido de la pre-temporada, el martes contra Sarasota, creció el rumor de que LaRoche podría ser movido a la segunda base antes que comience la temporada regular en abril.
Si por alguna razón consiguiera quedarse en la nómina de 25 hombres, Álvarez automáticamente será aspirante al premio Novato del Año de la Liga Nacional, un reconocimiento que solo ha ganado
Jason Bay en la historia de los Piratas.
"En el invierno trabajé duro para ver si me daban la oportunidad esta temporada, vamos a ver que dice el manager", dijo Álvarez, quien perdió 10 libras y ganó más músculos después de pasar tres meses del invierno en un centro para atletas de alto rendimiento de Arizona.
"No hay otro plan que no sea venir todos los días y jugar a mi potencial. Pero como dije, es su decisión, cuando ellos digan que estoy listo, marcharemos, mientras tanto lo tomo día a día", dijo.
Álvarez, quien fildea a la derecha, pero batea a la zurda, no cree que el rico bono que recibió de los Piratas afecte positiva o negativamente su carrera.
"El dinero es algo que vino con el sorteo y el talento, eso no me preocupa. Cuando estoy en el estadio, juego como cuando estaba en pequeñas ligas, trato de disfrutar de la misma manera y todo lo que tiene que ver con scouts, expectativas y dinero, nada de eso viene al juego cuando entro al terreno", apuntó.
Pedro Manuel Álvarez es hijo de Pedro Manuel Álvarez I y Luz María Rosa, una pareja de inmigrantes dominicanos que se trasladó a Estados Unidos en busca del famoso "sueño americano" en la década de los ochenta. El chico nació en Santo Domingo (contrario a lo que se ha publicado anteriormente) y creció en Nueva York, pero desde ya escogió al país que representaría si algún día juega en el Clásico Mundial de Béisbol.
"Poder representar la nacionalidad y el país mío sería un honor. He jugado con Estados Unidos en los Juegos Panamericanos y el Juego de Futuras Estrellas porque firmé aquí, pero en el Clásico tienen diferentes reglas y yo quisiera tener la oportunidad de un día representar a República Dominicana", dijo Álvarez.
"Nací allá, mis padres son de allá, todos los años voy y toda mi familia está allá", apuntó.
Por haber crecido en Washington Heights, en la gran comunidad dominicana de los altos de Manhattan, es fácil predecir cual es el pelotero que más admira Álvarez.
"Obvio que donde crecí Manny Ramirez es el hombre. Fue a la escuela George Washington, que queda a cinco minutos de mi casa. Manny es el ídolo del barrio y el pelotero que siempre he admirado", dijo Álvarez.
"Lo conocí en Los Angeles el año pasado, pero no pudimos hablar. Uno de mis sueños es sentarme a hablar con él", agregó.