Los problemas de Villa Jaragua son viejos, muchos y guardan similitud al de otras demarcaciones y localidades.
Por lo tanto, el hecho de nosotros vivir por mucho tiempo en Santo Domingo y no estar permanentemente en ese municipio, digno de mejor suerte y el que una vez nos vio nacer, eso no nos invalida y desautoriza a abordarlos en el interés de provocar en las autoridades locales y nacionales la solución de los mismos.
Por importante o menos importante que sea un funcionario oficial, jamás hemos ofendidos a ninguna familia de Villa Jaragua, pero con responsabilidad, con altura y seriedad, cuando alguien con apellido cual que sea, ha ocupado un puesto de relevancia en la administración pública, lo hemos interpelado, le hemos sugerido y hasta personalmente le hemos dicho que trabajen y hagan cosas que redunden en beneficio de nuestra comunidad.
Quién puede negar que la Villa es una comunidad rodeada de miserias, que tiene problemas de desempleo, con familias destrozadas por el hambre, con jóvenes con ganas de no seguir estudiando, sin acueducto, con calles inservibles, balnearios que se agotan, con un cuartel de policía que parece una cueva indígena, ahora sin parque municipal y con funcionarios congresuales y palaciegos que solo están pendientes de sus de canchanchanes, a los que dan limosnas y activan en tiempo de jornadas electorales.
Esos políticos no se acuerdan de Villa Jaragua como colectividad que necesita con urgencia solucionar sus problemas más estratégicos, no señor, esos políticos la ven con el ojo electoral y en el marco de quien les puede dar el voto en unos comicios, tal y como lo están haciendo ahora.
Tal el es el caso de de dos que quieren “sacrificarse” Por la Villa, ellos son Putico González Sánchez, que una vez más busca afanosamente permanecer en el Congreso Nacional y Rafael Putín Méndez, quien quiere regresar.
Las interrogantes serían si alguna entidad, o persona en particular les ha pedido la rendición de cuentas para ver que han hecho estos marchantes en favor del pueblo de Villa Jaragua y si en estos momentos tienen algún plan de acción por escrito para salvarla del atraso, porque para nosotros sería de mucho gusto conocerlos.
Algún villero le habrá susurrado al oído a otro, ¿Cómo está la situación económica de Rafael Putín y su familia y la de Luís José González y la de los Guabá? Cualquier mortal podría preguntarse también: ¿El progreso de estos “líderes” ha ido a la par con el crecimiento de Villa Jaragua? La respuesta sería un no del cielo a la tierra.
Nosotros seguiremos con la esperanza por delante, confiados en que los que tienen la obligación de hacer algo por el desarrollo de Villa Jaragua lo hagan, mientras tanto mientras tengamos dedos, mente y corazón seguiremos luchando y echando párrafo por nuestro pueblo, exigiendo y apostando a su bienestar y crecimiento integral. Y esto lo haremos duélale a quien le duela, no importa en que dimensión se encuentre y a que partido político pertenezca.
