Cacibajagua es nombre taíno que recuerda la cueva desde donde brotó la vida. Así lo explican Grace Heyaime y Fabio Martich, dueños del Bar homómino que desde hace tres años y medio reúne a jóvenes con preferencia por el Rock.
Con una capacidad para 70 u 80 personas, en este íntimo Bar se ofrecen cócteles, picaderas y sobre todo un trato diferido que atrae y multiplica sus visitantes.
Narra Martich que al principio fueron los jueves los días que cautivaron a muchos, pues era el único sitio abierto en la zona hasta las 4 de la madrugada. Ahora, los viernes, sábados y el resto de los días se les parecen. “La clientela ha crecido y ya vienen cualquier día”, afirma.
Para Grace Heyaime resulta muy importante el público que les frecuenta: “son mayores de 21 años en su mayoría, pues aquí nos caracterizamos por una línea musical que prefieren unos, no todos…”
La conversación con la pareja conjuga, más que todo, una sucesión de claras ideas que confirman por qué gusta este Bar, ubicado en la calle Sánchez 201, entre las conocidas calles del Conde y la Arzobispo Nouel.
Expone Fabio: “No ponemos temas musicales de moda: nuestra música es buena y ya”.
Agrega Grace: “Sobre todo porque nuestro público es consumidor de música y tiene un gusto muy particular por esta que le ofrecemos”.
Y añade la joven con marcado humor: “La otra cosa es que este es el único lugar donde vienen hombres solos sin intención de ligar. Lo hacen porque desean oír música. Y es que hay buen ambiente…”
– ¿También vienen mujeres solas?, pregunto.
“También”.
Para la pareja es una certeza que su éxito redunda en quienes le frecuentan, a lo cual le precede un buen servicio en general.
-¿Satisfechos al cabo de un trienio?
“Mucho, porque cada día gozamos de lo que hacemos. Los dos somos amantes de la música, y nos agrada observar cómo otras personas también la disfrutan, eso realmente es un privilegio”.
Unidos en la vida y en este proyecto, Cacibajagua significa sobre todo un reto que enfrentan Grace y Fabio con particular devoción:
Ella reflexiona cómo a veces, mientras recibe a sus visitantes, piensa que se siente como si estuviera en la sala de su propio hogar, dando la bienvenida a quienes les van a ver:
“Eso es parte del éxito que tenemos, pues las gentes vienen aquí y se sienten como en su casa. Quienes llegan por primera vez y ven que los propios dueños les saludamos en la entrada, lo consideran como un trato personalizado. En verdad, esto lo hacemos con mucho gusto. Es un placer”.
-¿Cómo culminó 2009 y qué esperan del actual año?
Fabio: “Seguir gozando día por día”
Grace: “Crecer, captar nuevo público”.
Amplían que el año 2009 terminó con un área nueva donde se celebran cumpleaños, despedidas de solteros o solteras.
“Cuando alguien pide un espacio privado para un número mayor de personas, les reservamos esa pieza. Desde que se abrió, hace dos meses, hemos celebrado cuatro cumpleaños, precisamente festejamos el quinto este fin de semana.
“Es interesante que dadas las características del Bar, quienes vienen aquí gustan de la música que difundimos. A veces traen ellos mismos temas de grupos novedosos. Saben la línea que nos gusta y colaboran”.
– ¿Anécdotas más recordadas?
Grace: “Un cliente me dijo que este era el único Bar donde podía venir con la seguridad de que no le iban a poner música comercial, que no había otro igual en el país. Me sentí muy feliz con esto”.
Fabio: “Escuché un día a una pareja, ella le decía que pusieran determinado número musical y alcancé a oír cuando él le respondía que aquí no se ponían disparates. Eso me satisfizo mucho, porque es verdad.
“Es importante para un negocio vender un concepto, que el consumidor sepa lo que se le está ofreciendo. En nuestro caso, no ponemos rock y luego un reggeton y posteriormente merengue, porque eso sería un arroz con mango, alteraríamos nuestro estilo”.
-¿Qué esperan ambos de lo que hacen?
Fabio: “Seguir creciendo. Ya físicamente hemos agotado todos los espacios aquí, pero quién sabe si el éxito permita un hijito de Cacibajagua en otro sitio de la ciudad…”
Grace: “Realmente se han superado mis expectativas en el desarrollo del negocio hasta el día de hoy. Al principio fue lento, porque bares con un concepto no son tantos y las personas no estaban acostumbradas. Ahora es muy diferente”.
Fabio: “Al principio, recuerdo que vino alguien y me dijo que quería escuchar un tema que no era de los que solemos poner aquí. Le dije que no, que no lo tenía. Entonces, colocó cien dólares en mi mano y un disco para que lo pusiera. Por supuesto, me negué, porque desde su génesis este lugar ya tiene su propio sello, su estilo, como le he dicho”.
De manera que la juventud dominicana cuenta en su capital con este mágico rincón, en la esplendorosa y siempre joven Ciudad Colonial: Cacibajagua, sitio con mucha vida y estilo muy peculiar.