Santiago.- Las familias damnificadas que perdieron sus casas en el 2000, por un incendio en el barrio Los Guandules, en la parte sur de la ciudad, temen les caiga encima sus casuchas. Mujeres, hombres y niños, se las ingenian para sobrevivir sin el suministro de los servicios básicos.
Treinta familias alojadas desde entonces, en los barracones de La Barranquita, comparten tres letrinas y se bañan al aire libre. La última vez que las autoridades les visitaron, fue para las elecciones del 2008.
Los desperdicios no son recogidos, escasea el agua y el mal servicio sanitario atenta contra la salud de niños y niñas. Más de 25 infantes han nacido en esos barracones, muchos de los cuales ya fueron afectados por el dengue.
La escuela más cercana a los barracones, les queda a varios kilómetros. También, recientemente, un cable del tendido eléctrico que se desprendió de un poste cerca al lugar, electrocutó un menor de tres años, según su madre, Teresa Lugo.
Los refugios se clasifican en altos y bajos. Los primeros fueron construidos en el primer gobierno del doctor Leonel Fernández (1996-2000), los que entregó días antes de abandonar el poder. Los segundos, se levantaron en el mandato de Hipólito Mejía (2000-2004).
Después de 10 años de ser ubicados en ese barrio, improvisado frente al Centro Regional Universitario (CURSA), esas familias todavía esperan por los programas anunciados para ayudarlos. Pidieron casi a gritos, se les ayude a salir de la precariedad en que viven.
Según personas consultadas, regularmente se produce en el lugar casos de dengue, fiebre, y otras afecciones. Los hombres no tienen empleo, pasan más tiempo con sus parejas “haciendo niños”, ya que pocos aplican para que lo contraten en una empresa, por las mismas condiciones en que habitan.
Las 30 familias que viven en los barracones de La Barranquita, son parte de unas 88, que vivían en casitas en el barrio Los Guandules de Santiago. El resto, entre desalojados y afectados por el incendio, fueron llevados a Villa González.
Las familias que ocupan los barracones de La Barranquita explicaron que se resistieron ir a los refugios construidos por las autoridades en Villa González, porque alegadamente los entregaron a medio construir. “Sin calles, luz, agua, baños y demás servicios básicos”, manifestó Lugo.
“Les tenemos una sorpresita a los candidatos a cargos congresuales y municipales, principalmente los oficialistas. Les estamos esperando, esos bárbaros que sólo nos recuerdan en tiempos de elecciones”, precisaron.