El tema del desayuno escolar se suma los asuntos vitales que parecen no tener solución inmediata, aún cuando se trata de algo tan imprescindible como es el alimento de los niños y las niñas en las escuelas del país.
Los colegas Freddy Matos y Fabián Suero señalan con razón que los problemas gastrointestinales que ha producido la leche del desayuno escolar en decenas de centros educacionales, no han sido enfrentados como debe ser por parte de las autoridades del Ministerio de Educación, ni por Melanio Paredes, titular de dicha cartera.
Se trata de la salud de los estudiantes, que en las primeras etapas de su vida requieren de proteínas y grasas para su desarrollo, las cuales debe contener el desayuno escolar, tal y como figura en la Ley General de Educación Número 66-97.
Desde hace tiempo se han escuchado voces de profesionales de la medicina, quienes han advertido sobre las consecuencias negativas del desayuno, en virtud de su baja calidad alimentaria, y el peligro que corren quienes lo ingieren si su estado no es el requerido.
Este multimedios ha publicado los preocupantes casos de intoxicación de niños y niñas en diferentes escuelas, a todo lo largo y ancho del territorio nacional, y el tema no puede desvirtuarse en reflexiones obsoletas e innecesarias.
No se puede ver algo tan substancial como mera politiquería, ni debe endosarse al cúmulo de asuntos sin soluciones en la República Dominicana.
El desayuno escolar fue, es, y debe continuar siendo objeto de una investigación seria y transparente, tal y como se viene exigiendo desde años atrás, donde actúen equipos de monitoreo que avalen el contenido de los nutrientes indispensables para la población infantil, esa que en un futuro no lejano conducirá los destinos de la nación.