MADRID.- Un tratamiento contra la tuberculosis que sea eficaz también con las cepas más resistentes. Entre las investigaciones que se están desarrollando con este fin, la revista ‘Nature Chemical Biology’ se hace eco de la de un grupo de expertos que ha logrado inhibir la acción de la ‘Mycobacterium tuberculosis’ actuando, principalmente, sobre una enzima: la GlgE. Es una potencial alternativa, todavía en el laboratorio.
Como sostienen los autores de este nuevo trabajo, dirigidos por William R. Jacobs, del Instituto Médico Howard Hughes (EEUU), para combatir este agente patógeno, que causa dos millones de muertes al año en todo el mundo, es necesario abrir nuevos campos de acción. El escaso conocimiento sobre la composición de este bacilo, y las distintas funciones que la mantienen con vida, es uno de los principales obstáculos de la batalla.
La investigación, que también cuenta con la participación de dos centros europeos (Alemania y Reino Unido), analizó el papel desempeñado por distintas enzimas, sobre todo el de la GlgE, que cumple una función básica en el crecimiento de la ‘Mycobacterium tuberculosis’.
Al estudiar la GlgE, los científicos identificaron una nueva vía de acción por la que el bacilo de la tuberculosis convierte la trehalosa (dos moléculas de glucosa) en una molécula de azúcar mayor (alfa-glucano) que, al unirse en bloques, soporta la estructura y permite la creación de nuevos microbios. Al inhibir la acción de esta enzima, los expertos lograron dañar el ADN ya que el bacilo se "suicidó" al acumular niveles tóxicos de un tipo de azúcar (maltosa 1-fosfato).
Muerte sintética
Junto con esta potencial vía terapéutica, los autores descubrieron un segundo camino para anular a la bacteria de la tuberculosis; también relacionado con la creación de alfa-glucanos. Se trata de lo que se conoce como "letalidad sintética"; es decir, una acción mortal empleando dos o más factores que, por sí solos, no tendrían tal efecto. Es lo que sucedió al anular a la vez dos de las enzimas analizadas: treS y Rv3032.
"La vía de acción de la GlgE, en su conjunto, es prescindible siempre que el camino redundante de la Rv3032 esté funcionando. Pero, la inhibición simultánea de ambas vías es letal", añade el ensayo.
En este sentido, los científicos proponen que la unión de estas dos formas de ‘asesinar’ la ‘Mycobacterium tuberculosis’ -mediante el suicidio o la muerte sintética- ampliaría todavía más los márgenes de eficacia de un futuro tratamiento. Se incrementaría "el potencial de inhibición y se suprimiría la resistencia de las mutaciones".
No obstante, aclaran que una terapia combinada de este tipo supondría un cambio en el camino por buscar "un medicamento contra la infección ya que, hasta ahora, éste sólo se centra en la monoterapia".