Washington.- El chileno José Miguel Insulza fue reelegido hoy por aclamación secretario general de la OEA para otro mandato de cinco años, y a pesar del contundente respaldo que obtuvo de los 33 países miembros activos, la mayoría le exigió cambios.
El chileno, de 66 años, renovó su mandato en una Asamblea General Extraordinaria reunida a tal efecto en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la que no hubo sorpresas y ningún otro candidato, y que resultó ser un puro trámite.
Únicamente Bolivia, mediante su ministra de Transparencia Institucional y Lucha contra la Corrupción, Nardy Suxo Iturry, dijo que se abstenía de emitir su voto sobre Insulza, pero al mismo tiempo indicó que no se oponía a que el chileno fuera reelegido por aclamación, lo que equivale a un consenso.
Insulza, que contaba desde hace semanas con más que suficientes apoyos para ser reelegido cómodamente, se aseguró el lunes también el importante voto de EE.UU. y en las últimas horas antes de las elecciones el respaldo de Ecuador y de Perú.
Venezuela y Nicaragua, así como Canadá, que hasta hoy no habían revelado cuál iba a ser su decisión, apoyaron finalmente a Insulza.
No obstante, Caracas y Managua, que anunciaron su respaldo minutos antes de que se iniciara la sesión, no dieron su apoyo sin criticar antes a la OEA y al liderazgo del organismo para exigir ciertos cambios en la gestión de Insulza en el periodo 2010-2015.
El embajador de Venezuela ante la OEA, Roy Chaderton, indicó que "mil veces" su país ha presentado quejas sobre los "desajustes" institucionales y la prestación de servicios de la OEA, y mil veces la respuesta fue la "desatención y el silencio".
Venezuela, dijo, "lo menos que puede esperar de este foro y sus actores es atención a sus planteamientos".
Chaderton también advirtió que la OEA tiene una Carta Democrática Interamericana que "ya comienza a ser puesta en duda por factores que aspiran de manera disimulada a intervenir con mayor poder en las democracias disidentes, es decir, las que por su compromiso social y democrático puedan afectar privilegios internos y externos".
Por su parte, el embajador de Nicaragua ante la OEA, Denis Moncada, también dijo que la Carta ha sido "prácticamente anulada por golpes de Estado en Venezuela (2002) y en Honduras, y rechazó las injerencias de fuerzas extranjeras como el "imperio" de EE.UU.
Nicaragua considera que más que reformar la Carta, como propuso Insulza el pasado día 3 cuando presentó su candidatura ante el Consejo Permanente, los países deben "sumar voluntades" y solidaridad para "defender la soberanía, la integridad territorial, la independencia y la autodeterminación de los países y rechazar la intervención e injerencias en asuntos internos de los Estados.
El chileno dijo recibir el apoyo de los países con "mucha humildad pero también con "mucha alegría y afecto", y al tiempo que reconoció que a veces hay "diferencias" entre los Estados miembros, reiteró su compromiso de hacer un esfuerzo por mejorar la organización, y luchar por la democracia y los derechos humanos en el continente.
"Seguiremos luchando por fortalecer la democracia representativa que con tanto esfuerzo hemos ganado", señaló Insulza.
Insulza fue acompañado en este día por el canciller de su país, Alfredo Moreno, quien destacó que Chile tiene "las mejores relaciones con Bolivia", e indicó que en la reforma de la Carta deben participar todos los Estados y habrá que evaluar cómo compatibilizar los cambios con los principios de la soberanía, la no intervención y la autodeterminación.
El secretario general de la OEA ha propuesto introducir en la Carta mecanismos más flexibles y rápidos para prevenir amenazas a las democracias y tratar de evitar crisis como en Honduras.