La Paz.- Bolivia afianzará el domingo otro hito en su propósito de convertirse en un Estado autonómico con la elección de gobernadores y asambleas legislativas en los nueve departamentos del país, bajo un modelo plasmado ya en la nueva Constitución.
Se trata de una compleja votación para la que se han inscrito más de cinco millones de personas que elegirán a 2.502 autoridades, entre ellas a nueve gobernadores, 337 alcaldes y 267 asambleístas, de los que 23 serán representantes indígenas, entre otros cargos.
El modelo autonómico boliviano -que plantea niveles de autogobierno departamental, regional, municipal e indígena- está ya establecido en la nueva Carta Magna que Morales promulgó hace más de un año, tras el apoyo mayoritario, de 61,4 por ciento, obtenido en un referendo.
El ministro de Autonomías, Carlos Romero, subrayó, en entrevista con Efe, que la jornada del domingo supondrá ese "hito importante" para el proceso autonómico porque será la primera elección de gobernadores para regiones con estructuras de autogobierno.
En la actualidad, las máximas autoridades de los departamentos son prefectos que responden a un esquema de descentralización del Ejecutivo, en tanto que los nuevos gobernadores estarán en función de las administraciones autonómicas propias, explicó.
Pero además, los bolivianos elegirán asambleas departamentales que serán cualitativamente diferentes de los actuales consejos de las regiones, porque las autoridades electas tendrán competencias para legislar, lo que no ocurre actualmente.
El modelo autonómico boliviano también otorgará a las alcaldías autónomas la capacidad de legislar, algo que actualmente sólo ocurre en Brasil y Sudáfrica, pero además como novedad reconoce lo mismo a las autonomías indígenas ya que tiene en cuenta su sistema jurídico.
"Definitivamente, éste es un proceso muy profundo. Es un proceso que no tiene nada que ver con experiencias de descentralización política administrativa de la región", subrayó Romero.
A su juicio, el modelo tiene elementos que pueden compararse con con algunas experiencias federalistas y "es mucho más profundo" que los procesos de descentralización que se viven en Colombia y Ecuador y es "distinto y cualitativamente superior al proceso peruano".
"No le encuentro ningún parangón en la región con los niveles de profundidad que conlleva", insistió el ministro.
La construcción del nuevo Estado autonómico en Bolivia, que sigue siendo una de las naciones de mayor pobreza del continente, ha sido una demanda defendida en los últimos años principalmente por la región de Santa Cruz en alianza con líderes de los departamentos de Tarija, Beni y Pando.
En su momento, las cuatro regiones llegaron a plantear un bloque autonómico que se convirtió en un frente opositor contra Morales, quien acusó a sus líderes de fines separatistas, lo cual negaron los aludidos.
Tras un proceso de concertación con parte de la oposición para poner un alto a la crisis política boliviana a fines de 2008, Morales logró sacar adelante un modelo autonómico distinto al que propugnaban los líderes opositores de esas regiones.
Según Romero, la diferencia entre el modelo que está en marcha y el que abanderaban los opositores está en que aquellos planteaban que las competencias departamentales tengan alcance sobre la tierra y los recursos naturales, lo cual rechaza de plano el Ejecutivo.
A su juicio, la propuesta regional para controlar los recursos naturales era "amenazante" porque la sociedad boliviana es heterogénea, fragmentada y proclive a acciones corporativas, lo que podía abrir la "posibilidad de activar fuerzas centrifugas".
Al frente, uno de los opositores y candidato a la reelección como gobernador en Santa Cruz, Rubén Costas, ha negado varias veces la vinculación de la causa autonomista que abandera con los intentos independentistas y, en cambio, ha achacado las denuncias del Ejecutivo al intento de menoscabar su candidatura.
Los opositores Ernesto Suárez y Mario Cossío, aliados de Costas en sus propuestas, también van por la reelección como gobernadores en Beni y Tarija, respectivamente, si bien Morales está dando en persona una batalla electoral para que los electores reemplacen el domingo esos liderazgos por los de su partido.
Pese a las discrepancias entre los actores políticos, según el ministro Romero, el proceso autonomista es "irreversible" en Bolivia porque responde a problemas de fondo en la relación existente entre el Estado y las regiones o la exclusión de los pueblos indígenas.
Pero además, el Gobierno se siente "muy optimista" ante la perspectiva de que este proceso termine finalmente con la tensión latente entre el oriente y el occidente de Bolivia, que fue la causa de las crisis políticas de años anteriores. EFE