Terminó la Semana Mayor, con una especie de satisfacción por parte de las autoridades encargadas de los operativos de seguridad, debido a los resultados, que apuntan una disminución de las muertes ocurridas en un 50%, con relación al año 2009.
Los medios de comunicación en el país publicaron los resultados emitidos por el Centro de Operaciones de Emergencia (COE), reflejados en boletines de los Operativos Semana Santa por la Vida 2010, donde aparecieron los accidentes en las carreteras como principal causa y también las intoxicaciones por alcohol y alimentos, entre otras. Las reflexiones marcan conductas que van desde la responsabilidad individual a la colectiva.
Este multimedios pudo constatar la presencia de uniformados en diferentes avenidas de la capital y a lo largo y ancho del territorio nacional, en continuo esfuerzo por proteger a los vacacionistas.
Hay que señalar, no obstante, que las malas costumbres conducen a finales trágicos, porque es imposible dejar de mencionar la responsabilidad de quienes deben proteger a su familia o amistades (al prójimo mismo), tras un disfrute sin límites y ponen en juego lo más importante de todo: sus propias vidas.
Debemos optar porque alguna vez las víctimas contadas en cifras, que son, en definitiva, seres humanos, estén en cero tras concluir estos días conmemorativos de unión familiar y necesarias reflexiones acerca de cómo van nuestros pasos por este mundo, y si estamos a tono con lo que el Cristo resucitado llamó a hacer con relación al amor, el perdón, la solidaridad humana y esa impostergable acción de ayudar a los más necesitados…
