La nueva Constitución en los artículos 80, 83 y 93 establece las atribuciones de los senadores, diputados y del Congreso Nacional. No figuran atribuciones que dicen los legisladores que aplican al “barrilito”.
Otra violación de los legisladores a la Carta Magna es al artículo 146: PROSCRIPCIÓN DE LA CORRUPCIÓN. Para una mejor ilustración, leemos:
Se condena toda forma de corrupción en los órganos del Estado. En consecuencia:
1) Será sancionada con las penas que la Ley determine, toda persona que sustraiga fondos públicos o que prevaliéndose de sus posiciones dentro de los órganos y organismos del Estado, sus dependencias o instituciones autónomas, obtenga para sí o para terceros provechos económicos. Termina la cita.
La conducta reflexiva indica que el barrilito es una franca violación al artículo anterior. Para los legisladores eso no importa, están por encima de todo. Se consideran un órgano fuera del Estado. Nada les impide que se hagan millonarios como les da su gana. Si es por inmunidad, es una inmunidad dolosa, inmoral, protege una acción contraria al ejercicio honesto del sistema democrático. Si es con la fuerza de la selva, del más fuerte, entonces no tiene sentido el habernos entregado una nueva Constitución.
Aplican el decir del gobernador de la provincia de Samaná en el gobierno de Ulises Heureaux, el funesto Macabon, que era ley, batuta y Constitución, igual a dictadura.
La democracia tiene un adversario, que como un perro hambriento, anda siempre en búsqueda de lo suyo.
Es nuestra obligación de convertirnos en vigilantes, nos conocemos, somos nosotros mismos los que tenemos que velar por los intereses sagrados de la Patria. No son otros los dolientes, somos del pueblo y debemos reclamarles. Salir de los que no actúan en la forma correcta. Ponerle la estampa de corruptos enemigos de todos.
Es funesto el acontecer, se respira un aire envenenado por una moral hipócrita y camaleón. Pulula el elemento irracional del alma: la audacia que es ambiciosa, desenfrenada, inclinada a la violencia y, una ceguera agigantada por el apego a la insaciable ambición de almas pérdidas, hijas de la ignorancia.
No escribo pensando en violentar la dormida sana voluntad, me inclino al ejercicio de la triunfadora visión de la no violencia de Gandhi. La vigilancia de la honestidad en la administración pública debe ser fruto de una libre elección. Así tendrá que desaparecer la corrupción con sus hijos peculado y nepotismo.
Esta cerca el momento de frenar a los conocidos corruptos y tránsfugas. Reflexionemos para saciar la sed de tener hombres y mujeres con amor para servir a los demás. Para eso son las elecciones.
La razón indica no seguir siendo abusados por los que llegaron con los bolsillos vacíos y hoy son millonarios. Estos son los creadores de todos los males sociales.
El hombre es lo que piensa, dice y hace. Su objetivo claro, seguro de que está en la justa razón. La sociedad tiene una fotocopiadora, saca copias del accionar y las reparte. El decir: (El barrilito es un caso cerrado) me recordó el martillazo del juez francés en el caso del capitán Dreyfus: (El caso está cerrado para siempre). Fue una injusticia y no el final.
Caifas creyó que la muerte de Jesús fue un caso cerrado, a los tres días resucitó triunfante para siempre.
La injusticia nunca tiene ni tendrá la última palabra. El barrilito, el peculado y el nepotismo son injusticias. No claudiquemos, sabemos que el mal no tiene la sentencia final, sino el bien.
Amables lectores, estoy convencido que los males que nos arropan serán aniquilados por la juventud que no caya, ya la vemos. Crearán una gran estructura política por la organización constitucional basada en los conocimientos de Dracón y Solón, quienes prepararon la primera Edad de Oro de los Pisistrátidas. Atenas años 621 y 594 AC.