El plagio y venta de monográficos y tesis de grado y postgrado, que mueve más de 100 millones de pesos anuales en la República Dominicana, se ha convertido en “una plaga”, a tal nivel que los estudiantes no se preocupan por estudiar y los responsables de esta mala práctica pregonan sus negocios hasta en propagandas publicitarias, sin que las autoridades pongan coto a dicha situación.
Expertos coinciden en explicar que los maestros e investigadores deben combatir cualquier cultura de plagio que amenace con establecerse en el sistema académico nacional, utilizando las herramientas necesarias para evitarlo y enseñando al alumno a examinar el material que sustenta su trabajo y a ser más responsable sobre sus hechos.
El negocio del plagio es tan grave en las universidades, que al inicio de los cursos de postgrado se presentan a las mismas aulas antes de que lleguen los profesores “los agentes buscones” ofreciendo, abiertamente, el servicio de asesoría y la preparación de monográficos, con brochures promocionales.
En algunas universidades privadas, donde el alumno tiene que pagar una gran cantidad de dinero para estudiar, esta práctica es aceptada, pero la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), ha tomado cartas en el asunto y trata de enfrentar la situación.
La problemática se ha tornado de manera alarmante en el nivel universitario, teniendo en cuenta que la cantidad de titulados de la UASD, por poner un ejemplo, ascendió de 3,957 en 1999 a 7,326 en 2008, equivalente a una de tasa de crecimiento anual de casi un 100%.
Los negocios del plagio están, frecuentemente, instalados alrededor de las principales universidades, actuando bajo el disfraz de centros de copiados y sus ofertas de precios varían de acuerdo a la rapidez del servicio y el número de páginas del trabajo.
Los plagiarios parecen conocer, y lo pregonan, los procedimientos internos de las universidades, relativo a los monográficos y las tesis; por cuyo servicio VIP cobran 20 mil pesos, con un plazo de entrega de, a penas, ocho horas; en cambio, si espera tres días, le cuesta RD$15,000.
En la educación básica y media, la situación también preocupa, si se toma en consideración la tasa de crecimiento de la población estudiantil, que en el año 2008 se situó en 2,991,709 estudiantes, en colegios, escuelas y liceo donde no se mantiene una vigilancia adecuada para evitar los plagios de exámenes.
Para poner un ejemplo práctico, diríamos que si el porcentaje de plagios cometidos por los estudiantes de educación media y básica fuera igual al asestado en las universidades, significa que 2,393,367 estudiantes de la población estudiantil presentaría sus tareas con indicios, parcial o total, de plagio durante el año lectivo 2009-2010.
La UASD preparó un informe sobre los monográficos y tesis plagiadas, donde asegura que “a medida que se generaliza, el plagio pasa a considerarse como algo normal, suavizándose así la penalización social para los partícipes”.
Al mismo tiempo, dice el informe, se acrecienta la resistencia social a implantar normas que puedan castigar los trasgresores y aplicar las sanciones rigurosamente.
Indica que el riesgo inicial, para quienes proponen la actividad fraudulenta del plagio o compra de tesis, es que su propuesta sea rechazada e incluso denunciada y que, una vez dado ese primer paso, se podrían ampliar la escala de actividades, que supondría negarse a continuar con el sucio negocio.
El encargado de realizar el informe de la UASD es el profesor Génove Gneco, quien, en el documento, explica que “el novel profesional o bachiller que comienza sorteando las normas, va encontrando un camino progresivamente más sencillo y quebrantándolas, tanto desde una perspectiva moral como práctica; mientras que otros estudiantes o pasantes, que, quizás, no hubieran sucumbido a su realización, empezarán a imitar a aquellos que la practican”.
Los resultados de la investigación realizada sobre la falta de originalidad en el 80% de los monográficos y en las tesis de grado y postgrado de las universidades dominicanas, es un claro indicador del fracaso del sistema educativo dominicano, en cada una de sus etapas. Así porque la calidad de un producto se mide al final de su terminación.
Esta situación afecta todas las profesiones y, por ende, a todos los puestos de funcionarios públicos, electos o no y privados, que son desempeñados por profesionales, egresados de las universidades, tanto a nivel de grado como de postgrado.
El sector público y el privado, diariamente, sufren la falta de capacidad y las deficiencias de los profesionales egresados de las universidades del país, por la causa de los plagios, totales o parciales, de las tesis.
Como enfrentar el plagio
El informe Uasdiano recomienda, para enfrentar la copia de monográficos y tesis de grado y post grado, “tener amor a Dios, voluntad política, integridad de los profesores, acompañamiento, entrenamiento, auto detención, reglamentaciones y motivar el uso de libros y revistas por parte de los estudiantes”.
El plagio consiste en hacer pasar como nuestras, ideas o textos que pensaron otros y que nos fueron transmitidos por ellos, ya sea por escrito, bien oralmente o que lo copiemos del internet, principal medio del “copy page” y la detención del mismo.
En plagio total o auto plagio, las sanciones varían, según propone la UASD. Primera instancia: reprobación de la asignatura; segunda instancia: suspensión dos semestres; tercera instancia: expulsión de la carrera. Otro supone la expulsión de la carrera.
Si se detecta un plagio parcial, en primera instancia: 1,0 en el trabajo, requerimiento de presentar un nuevo trabajo satisfactorio en otro tema, la calificación obtenida debe ser máxima, no menor de 90 puntos.
Aunque no todo es malo en las universidades nacionales, el informe de la UASD informa que en la Facultad de Arte, Escuela de Informática y Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, la detención de plagios y auto plagios fue de un 0%.