Unas 190 empresas, que podrían crear 5,000 nuevos empleos, han sido perjudicadas por el retraso en la construcción del Distrito Industrial Santo Domingo Oeste (DISDO), prácticamente paralizado desde 2004 y sin que Proindustria de señales de interés en terminarlo.
Varios de los gremios representantes de las empresas adquirientes, entre los que se mencionan (Aditex, Adiga, Asonameca, Umphi, AFJ, Asonaimco y Coproharina) dijeron que, las empresas adquirientes de terrenos pagaron un inicial de 10% a Proindustria, mientras se comprometieron con el desembolso de una cuota mensual por 15 años, pero la construcción del parque, en Hato Nuevo Manoguayabo, no se ha concluido 6 años después.
“Los pagos han sido hasta el momento honrados religiosamente por la mayoría de estas empresas que, de esta manera, han visto como se reduce su capital de trabajo sin que hasta el momento se les hayan entregado los solares adquiridos”, denunciaron los representantes de estos gremios mediante comunicado publicado recientemente.
Se indicó que los principales obstáculos para la entrega definitiva de los solares radican en la falta de documentación jurídica de títulos que permita a los adquirientes acceso a créditos bancarios para financiar las construcciones de naves y la conclusión de la pavimentación de las calles internas del proyecto.
“Las autoridades de Proindustria han dado la callada por respuesta, y no dan muestra de interés alguno en la conclusión de dicho parque, con la agravante del continuo deterioro que está sufriendo la parte ya terminada, solo solicitan a los adquirientes tiempo y paciencia, pero la realidad es que ha sido mucha la paciencia y la espera que han tenido los adquirientes del DISDO”, manifestaron.
Los representantes de los gremios industriales sostuvieron que, pese a que el presidente Leonel Fernández ordenó expresamente el desembolso de los recursos necesarios para terminar el citado parque, todo apunta a que Proindustria ha perdido su capacidad de emprender y desarrollar esta iniciativa que beneficiaría no solo a esas unidades productivas, sino a amplias comunidades de la zona donde se levantaría.
“No es mucho lo que falta, palabras ya sobran, es momento de acciones, que no se pierda lo más por lo menos”, subrayaron los adquirientes, quienes dijeron que la construcción del parque fue fruto de un consenso con la entonces Corporación de Fomento Industrial (CFI), posteriormente transformada en Proindustria.