México.- La historia del exitoso balneario del sureste mexicano, en Quintana Roo, comenzó en 1967 pero se concretó el 20 de abril de 1970 cuando llegaron los llamados "pioneros", aunque el decreto oficial de iniciar obras no se expidió hasta 1971.
Desde aquel nacimiento con apenas 208 habitaciones, ha crecido hasta unas 36.000 pese a huracanes y crisis económicas y llega a sus 40 años con renovados planes de crecimiento.
Cancún (nido de serpientes en maya) se asentó definitivamente tras recuperarse del huracán Gilberto, que alcanzando la categoría cinco en la escala Saffir-Simpson azotó el balneario en septiembre de 1988, y del paso en octubre 2005 de Wilma, que también llegó a categoría cinco y fue definido como el más intenso del océano Atlántico en la historia.
A fines de los ´60 en la zona no había agua, ni sistema de drenaje, ni energía eléctrica. Al inicio esos servicios debían ser surtidos por camiones, con pozos y por plantas portátiles.
La idea de crear un polo turístico nació tras revisar que el crecimiento del turismo en el país, que tiene unos 10.000 kilómetros de costa marítima, sólo era de 12%, frente al 46% específico en la cuenca del Pacífico.
Mientras la Florida, en Estados Unidos, recibió en 1967 poco más de 20 millones de viajeros y otros cuatro millones viajaron a las islas del Caribe, el sureste mexicano, con unas hermosas playas y temperaturas de verano todo el año, sólo acogió a 60.000 turistas extranjeros.
Antes de que surgiera el balneario los habitantes de la isla donde se instaló la zona hotelera de Cancún se dedicaban a la cofra, la explotación de las palmeras de coco. En las zonas al interior, donde luego se construyó la ciudad donde viven los que prestan servicios a los turistas, se producía chicle, afirma el cronista yucateco Francisco Verdayes en un libro.
Las claves del éxito de Cancún y ahora de su vecina Rivera Maya, construida a su sombra, han sido las playas de arena blanca suave como talco -que por su composición no se calientan por la irradiación del sol-, las aguas transparentes que permiten ver los corales y los peces de colores, así como una temperatura media de 25,5 grados durante todo el año.
La ciudad aledaña a la llamada zona hotelera, también llamada Cancún, con alrededor de un millón de habitantes, se ha convertido en meta para cientos de personas que, prestando servicios a los alrededor de cuatro millones de turistas que llegan al año, buscan un mejor destino.
Para el futuro se espera construir por lo menos unas 10.000 habitaciones más en la zona hotelera de Cancún, aunque ello signifique enfrentar retos como el abastecimiento del agua, nuevas viviendas para las personas que trabajan en la zona, mayor generación de electricidad, mejor transporte y armonizar el desarrollo con el respeto a la naturaleza.