Ginebra.- La lucha contra la malaria, que durante la última década ha avanzado a pasos agigantados, precisa de unos continuos esfuerzos financieros y, por otra parte, de una amplia vigilancia para evitar que se creen resistencias a los medicamentos.
Así lo afirmó hoy Jan Van Erps, miembro de la Secretaría de la campaña "Hagamos retroceder la malaria".
Esta campaña se inició por primera vez hace diez años y en ella participan la Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef, el Fondo Mundial de Lucha contra la Malaria, el Sida y la Tuberculosis, además de otros organismos privados.
"Durante 10 años os decíamos que cada 30 segundos moría un niño de malaria, hoy os decimos que cada 2-3 minutos salvamos a un menor, se han hecho muchos progresos, pero los desafíos que aún enfrentamos son mayúsculos", señaló en rueda de prensa Van Erps.
Dos son los retos más acuciantes de una enfermedad que en el 2008 mató a 863.000 personas, dijo: que disminuyan las aportaciones financieras y que se creen resistencias a los medicamentos.
Alertó del peligro que supondría una relajación en este asunto de los gobiernos locales y de los donantes como consecuencia de que en algunos países la incidencia de la malaria está disminuyendo y en otros se está cerca de la erradicación.
Entre el 2004 y el 2009 la financiación contra este mal alcanzó los 1.800 millones de dólares al año, según la campaña. Con respecto a la resistencia a los medicamentos del virus de la malaria, si bien aún no se ha detectado a gran escala, avisa de que que puede suceder.
Precisamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) trabaja desde el 2007 para frenar el tratamiento mono-terapéutico y reemplazarlo por uno de combinación de terapias.
"Todavía hay 76 compañías en el mundo que fabrican medicamentos mono-terapéuticos cuando está probado que pueden crear resistencia al tratamiento", destacó, por su parte, Andrea Bosman, responsable de resistencia a las medicinas de la OMS.
Estos medicamentos mono-terapéuticos deben tomarse ininterrumpidamente durante una semana para que realmente eliminen el virus, pero como los síntomas de recuperación aparecen relativamente pronto, muchos pacientes abandonan el tratamiento prematuramente, con lo que no sólo no se curan sino que el virus se convierte en resistente.
El objetivo de la campaña "Hagamos retroceder la malaria" es lograr que de aquí al 2015 se logre una reducción del 75 por ciento del número de casos respecto al 2000.