La ministra dominicana de la mujer, Alejandrina Germán, afirmó que las muertes de mujeres a manos de sus maridos o ex, siguen sucediéndose en el país, en mayor grado por razones económicas.
En la España cercana por historia y raíces, no por geografía, sí por cultura traducida en costumbres, un 75,1 % considera que las mujeres deben esforzarse más que los hombres para demostrar que pueden desempeñar el mismo puesto de trabajo y, además, reciben menos salario por una misma función.
Otro 75,2% cree lo que es un secreto a voces: que la mayoría de las empresas prefieren hombres para puestos de responsabilidad. Las razones son diversas, pero coinciden en que las féminas tienen muchas más cargas familiares…y hasta se formulan dudas por su capacidad para desempeñar responsabilidades.
Los por cientos siguen, como las balanzas, oscilando… Pero, allá en España, aquí, en la República Dominicana, y en tantas otras naciones de este mundo globalizado, pese a la denominada igualdad jurídica, la discriminación femenina con relación al acceso al empleo y el tipo de ocupación, evidencian un incumplimiento de las normas de protección a pesar de algunas señales de progreso en términos de igualdad de género.
Se plantea que durante los últimos 15 años, todavía existe una gran brecha entre hombres y mujeres, con respecto a oportunidades laborales y calidad del empleo, según informe de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT).
En la República Dominicana, tal y como aseguró Max Puig, ministro de Trabajo, el desempleo es de 14.9%; los hombres marcan alrededor de un 8%; mientras que las mujeres alcanzan más del 24%. Datos del Banco Central (BC), establecen que el desempleo en el sector femenino es tres veces mayor que en los varones.
Realmente, no se equivocan los titulares que reflejan esto de: “la igualdad de género en el trabajo aún está muy lejos…” Y, encima, en verdad esa desigualdad está vinculada a las muertes, como una de las muchas causas.
