Resulta que en este período, nombrado por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), como “Año Internacional de la Diversidad Biológica”, a partir de la necesidad de incrementar la conciencia de cuanto está sufriendo el planeta y las insuficientes medidas que se han adoptado hasta ahora para salvarlo a él, que significa en definitiva, salvarnos todos ocurre, entre muchos más, ese gran desastre calificado por el Gobierno de EE.UU. "catástrofe nacional".
El vertido de petróleo en el golfo de México amenaza llevar hasta las costas de Luisiana la terrible mancha y el presidente Barack Obama ordenó disponer de todos los recursos posibles para contener lo que puede resultar “uno de los peores desastres ecológicos de la historia del país”.
Lamentablemente, muchas infracciones ecológicas se vienen produciendo en el mundo, algunas por indolencias y otras casuales. Investigadores del tema opinan que con la creación de la Corte Penal Internacional, en julio de 1998, “se perdió una oportunidad magnífica para enjuiciar los crímenes –daños graves al medio ambiente, causados deliberadamente o por negligencia culpables”.
De todos modos, da igual comparar este derrame con el del buque petrolero Exxon Valdez en 1989, frente a las costas de Alaska, considerado “el peor de la historia con más de 41,5 millones de litros de crudo vertidos”. Lo importante es actuar ante el incidente cuyo impacto, más que incidir “en los precios del petróleo”, ya lo hace sobre una atmósfera herida, dolida y sangrante de tantos y tantos desperdicios lanzados hacia ella.
El concepto de biodiversidad, como bien expresa su contenido, significa “diversidad biológica”, o “conjunto de todos los seres vivos del planeta: animales, plantas y organismos. El ambiente en el que viven y las relaciones que establecen entre sí”.
Que 2010 se dedique a salvar la Diversidad Biológica representa una toma de conciencia en medio de tantas asperezas, incomprensiones, falta de acuerdos comunes entre las potencias del mundo que no acaban de asumir el peso de la realidad; y, encima, de accidentes tan catastróficos como este.
Quiera Dios los daños sean los menos posibles…Quiera Dios.