Definitivamente que el presidente Leonel Fernández Reyna fue el primero en aprender la lección en el Partido de la Liberación Dominicana, PLD, para comprender como llegar y permanecer en el poder, en base a la táctica política y al dominio de la idiosincrasia del pueblo dominicano.
No olvidemos que cuando el hoy presidente de la Republica abandonó las riendas del poder en el año 2000, les advirtió a sus compañeros de partido que "ellos no se habían dado cuenta las razones de por qué ganaron en 1996, ni por qué perdieron las elecciones de manos de Hipólito Mejía"´, situación que cambió el panorama en el PLD.
Desde entonces, el presidente Fernández, comenzó a crear las bases de un partido de la Liberación Dominicana masificado, que en ese proceso no solamente se llevó de paro al Partido Reformista Social Cristiano, sino que también ha hecho resentir las estructuras del PRD, donde como hemos visto figuras de primer orden de ese partido han pasado a cerrar filas en el partido de gobierno.
La construcción de ese nuevo PLD, que le permitió a los peledeistas llegar nuevamente al poder, les hizo entender a la alta dirigencia de ese partido la importancia de estar en el gobierno, lo mismo que en el pasado aprendieron los reformistas, encabezados por su caudillo Joaquín Balaguer.
Por su parte, una gran parte de los reformistas, conscientes del vacío de liderazgo en que se encontraba esa organización política, luego de la partida de su líder y mentor, vieron troncadas las esperanzas de ese partido en cohesionarse y agruparse alrededor de uno de ellos y finalmente decidieron cobijarse bajo el liderazgo consolidado de Leonel Fernández.
Esa situación no solamente les hace romper con las estructuras de su partido, a pesar de ostentar las posiciones más elevadas, como fueron los casos de Carlos Morales Troncoso, Alexandra Izquierdo y otros que en las elecciones del 2008, abandonaron en plena campaña electoral al candidato Amable Aristy Castro, ante el descalabro evidente en que se encontraba el PRSC.
Por el otro lado, los enfrentamientos que se produjeron entre Hipólito Mejía y Hatuey Decamps, ayudaron a consolidar el proyecto Fernández Reyna, dado el disgusto y la falta de esperanzas que esa situación engendro entre un importante segmento de perredistas y simpatizantes del PRD, que vieron agotar las posibilidades electorales de ese partido en las elecciones del 2004, contribuyendo todo esto a incrementar el liderazgo de Fernández, con el ingreso de dirigentes de este partido como Miguel Ángel Severino, Reynaldo Rincón, Babado Torres, entre otros.
A esos factores de orden político e ideológico y pragmáticos se agregó el rompimiento que se produjo entre el nuevo PRD y la mayoría de los partidos del denominado Acuerdo de Santo Domingo, que había patrocinado y promovido José Francisco Peña, quienes posteriormente pasaron a reforzar el llamado Frente Progresista, que hoy más que nunca, más que aliados al PLD se encuentran aliados al presidente Fernández por la acogida que le ha dado a su alrededor, a pesar de la oposición de miembros de la cúpula morada.
De esa manera y a través de la formación de una nueva camada de líderes juveniles, que han recibido entrenamientos mediante la Fundación Global Democracia y Desarrollo, FUNGLODE, el presidente Leonel Fernández ha venido creando su propio colchón electoral, con gente que no solamente mantiene deudas por los favores políticos brindados, sino que ha recibido formación y conceptos avanzados sobre el nuevo paradigma del peledeismo basado en el nuevo concepto ideológico del Leonelismo.
Sin lugar a dudas, que ese colchón consciente, también se encuentra reforzado con los programas de asistencia social que se han creado fundamentalmente por los dos últimos gobiernos que ha encabezado Fernández, mediante el otorgamiento de las tarjetas del bonogas, solidaridad, los comedores económicos y el Plan Social de la Presidencia, mediante los cuales mantienen cautivos a cerca de un millón de dominicanos de manera directa y mueven a cerca de tres millones de manera indirecta.
Si a esa cantidad agregamos más de 900 mil integrantes del colchón consciente, conformado por jóvenes de nueva formación, los reformistas con Leonel y los Perredeistas, que se han sumado al proyecto Fernández, así como el universo de pequeños partidos del Bloque Progresista, estaríamos hablando una franja que se podría mover entre 2 millones 500 mil y 3 millones 500 mil votantes, comprometidos.
Con su hazaña y su sapiencia, el presidente Leonel Fernández, no solamente aprendió de Joaquín Balaguer, quien en todo momento conservó un Colchón de 700 mil votantes, que durante mucho tiempo les fueron leales a su causa, sino que lo superó y logró neutralizar a sus adversarios políticos, hasta convertirlos en opositores pasivos y actores principales del proceso que vive el país.
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