El hecho de que el PLD controle la mayoría de los poderes del Estado, no es ya noticia, como tampoco lo es que en el país el lavado de activos tenga dimensiones inconmensurables y que el narcotráfico alcance límites hasta hace un tiempo insospechados.
Que el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), haya quedado por debajo del Partido de la Liberación Dominicano (PLD), en estas elecciones congresionales y municipales, tampoco es noticia y que una gran mayoría de dominicanas y dominicanos no hayan realizado su derecho al voto el pasado 16 de mayo, también deja de serlo.
Pero, que sigan “los pataleos” entre partidos sobre posibles fraudes, si no se presentan pruebas concretas y contundentes, sólo traerá, consecuentemente, más escepticismo entre la población, en relación con quienes dirigen políticamente las fuerzas activas del país en este sentido.
El presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado, asegura que los candidatos a senadores de su organización presentarán pruebas que dejarán a la luz irregularidades cometidas en las pasadas elecciones y señala que sus compañeros han establecido procesos de revisión y en algunos casos impugnaciones que según su criterio, podrían establecerse a nivel nacional.
Sin embargo, el presidente de la Cámara Administrativa de la JCE, Roberto Rosario, ha expresado que el PRD se opone al reconteo de votos nulos en distintas demarcaciones.
Lo cierto es que todo lo anterior conlleva al incremento de ese caos existente y que crece como bola de nieve. La sociedad dominicana requiere de su tradicional reconocimiento al liderazgo, a creer en alguien, en algo, a pensar que un mundo mejor es posible y que puede existir un futuro diferente.
Pero, mientras los “de arriba” no asuman posturas disciplinadas y ejemplares, aún cuando refuercen el viejo refrán de que “perdiendo se gana”, el número de no votantes continuará en incremento y, finalmente, la pregunta será ¿cuántos eligieron a quienes ejercen el poder y qué cantidad de dominicanos cree en ellos?