El Salvador.- El museo de Joya de Cerén, sitio arqueológico situado en la zona central de este país y conocido como la Pompeya de América, reabrió sus puertas al público, coincidiendo con el Día Internacional de Museos.
"Con esto se trata de volver a recuperar de alguna forma un espacio que muestra la cultura de nuestros pueblos originarios, nuestros orígenes", declaró a Efe el secretario salvadoreño de Cultura, Héctor Samour.
La Joya de Cerén, que fue declarada en 1993 Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, es un asentamiento humano que data del período clásico, entre los años 300 y 950 d. C., que se conservó tras ser soterrado por una erupción del volcán Laguna Caldera.
Denominada la Pompeya de América, en el lugar se han encontrado construcciones, vasijas y vestigios de sembrados, entre otros hallazgos arqueológicos.
El museo, que estuvo cerrado desde diciembre de 2008, fue reinaugurado después de un proceso de ampliación de sus instalaciones y renovación de su exposición, que requirió de una inversión de unos 96.000 dólares, detalló la coordinadora de la Red de Museos Nacionales, Lili de Baños.
Actualmente se exhiben 86 piezas, entre las que destacan 11 que no habían sido mostradas al público hasta ahora, como una huella humana, un caparazón de tortuga, un esqueleto de ratón, molares humanos y moldes de yuca, entre otros.
Según el director Nacional de Patrimonio, Ramón Rivas, lo hallado en este sitio da "elementos de juicio para redimensionar cómo vivía la gente, cuáles eran sus ocupaciones, cuáles eran los entretenimientos, aspectos de carácter organizacional y sobre todo qué cultivaba la gente".
No confirmó, sin embargo, si los lugareños eran mayas o pertenecían a alguna otra comunidad nativa.
El coordinador del departamento de arqueología de la Secretaría de Cultura, Shione Shibata, indicó que hasta el momento han sido excavadas unas diez construcciones, pero estimó que en el lugar, según estudios efectuados, existen alrededor de 50 estructuras.
Entre los hallazgos se destacan una casa comunal, la posible vivienda del chamán y una especie de cocina, que, según Rivas, fueron descubiertas "por pura casualidad" en 1977 mientras se trabajaba en una construcción.
"El problema no es tanto investigar, el problema es conservar lo hallado", explicó Rivas, en referencia a la falta de excavaciones en la zona en la actualidad.