Contra vientos y mareas, el intelectual debe imponer sus hallazgos y retorcer prejuicios, conciente de las consecuencias. La sociología urbana, después la Escuela de Chicago, tiene su máxima expresión en la escuela francesa: Chombart de Lauwe, Henri Lefebvre, Touraine, Bourdieu y Topalov.
En Republica Dominicana, se desarrolla con Dore, Isis Duarte, Cela y Lozano pero hay un precursor renegado. Pensamos que el camino que inicio uno de los más geniales políticos dominicanos, precursor de la sociología urbana en el país, debe valorarse hoy: hubo una ruptura, en el pensamiento en torno a lo urbano, a pesar de su extraordinario esfuerzo, por interpretar lo que sucedía en la ciudad de Santo Domingo, en los años 60´s.
Ese precursor es Maximiliano Gómez. Hoy que se celebran 39 años de su asesinato en Bruselas, es un deber rescatar sus aportes para que las futuras generaciones, sepan que tuvo en el, uno de los analistas más finos de la sociedad urbana, post Trujillo.
Su opción política, la miopía intelectual y el sectarismo ocultaron sus difíciles y novedosos esfuerzos para entender lo que ocurría, en Santo Domingo, post 1961, después que finalizando la Feria de la Paz y de la Confraternidad, los obreros habían conformado el barrio de obreros, sin embargo “marginal” de Faria, en la proximidad del Guachupita de hoy.
La guerra de Abril (bombardeos) también dejaría su impronta en la zona norte y en la zona colonial: ruinas, hacinamientos, desempleo, cultura semi-rural eran las expresiones de lo que algunos llamarían el “lumpen-proletariado” y por consecuencias, no era sujeto de atención, por esa condición.
No era el caso del Moreno, en 1973, intento interpretar la composición sociológica de los barrios, como un verdadero sociólogo y los definía como “entidades territoriales” (el derecho a la ciudad), que “no eran iguales (culturas diferentes), ni en los equipamientos urbanos” (algunos tienen de todo y otros, nada, papel del Estado-ciudad) ni en las clases sociales, hablaba de “barrios burgueses, pequeños burgueses y barrios con necesidades donde hay obreros y lumpenes” y en función de esa realidad urbana, hacia adoptar una estrategia política para accionar la lucha barrial incluyendo, la organización de “ esos lumpen-proletarios”.