Apenas veinticuatro días después de haberse celebrado las más recientes elecciones congresionales y municipales, cuando todavía la Cámara Contenciosa de la Junta Central Electoral no ha concluido con el conocimiento del aluvión de recursos de apelación depositados por candidatos insatisfechos, ya comienza la nueva oleada de campañas promoviendo a posibles aspirantes a llevar las riendas de la nación dominicana a partir del año 2012.
Mientras por el Partido Revolucionario Dominicano, ya han hecho oficiales sus aspiraciones el dirigente Luis Abinader y el expresidente Hipólito Mejía, en el Partido de la Liberación Dominicana, los sedientos pretendientes a hacerse con la candidatura mantienen aguantados sus caballos, por temor evidente a caer en desgracia ante el “Líder”, indiscutible e indiscutido, que aún no se ha manifestado al respecto.
Y es que la historia reciente de este país ha demostrado con creces que no importa lo que establezcan las leyes, éstas pueden reformadas a conveniencia del gobernante de turno para beneficiarse. Por eso, a pesar de que la recién reformada Constitución establezca, en su artículo 124, que: “El Poder Ejecutivo se ejerce por el o la Presidente de la República, quien será elegido cada cuatro años por voto directo y no podrá ser electo para el período constitucional siguiente”, no son pocos los que apuestan a que el presidente Leonel Fernández podría usar su poder para imponerse en las elecciones internas de su partido e ir como candidato dentro de dos años.
La última opción, pero no por eso la menos interesante, es la propuesta del movimiento que anda promoviendo por los Estados Unidos, las aspiraciones de la Primera Dama, Margarita Cedeño de Fernández, con el slogan de que “Con ella, seguimos con él”. Ante todas las interrogantes que ha suscitado esta nueva coyuntura, Cedeño de Fernández se ha limitado a manifestar: “Yo sólo aspiro a un país desarrollado donde todas las dominicanas y dominicanos tengan oportunidad de progreso con valores, responsabilidad, honestidad y disciplina, por eso trabajo con los jóvenes”. Ni sí, ni no, sino todo lo contrario.