El Servicio Jesuita a Refugiados/as y Migrantes respalda la propuesta del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre la implementación de un Plan de Regularización de Extranjeros.
Entiende que la regulación sería un mecanismo eficaz para reducir la extrema vulnerabilidad que afecta a la inmensa mayoría de los inmigrantes en la República Dominicana.
Por esta razón, solicitamos al Estado dominicano retomar el proceso de diseño y consulta que sobre el Plan para la Regularización de Extranjeros/as inició el Ministerio de Interior y Policía, ya que la implementación de ésta opción es una urgencia para los migrantes en el país. Pensamos que la misma debe formar parte de una política migratoria coherente e integral y no solamente del discurso en coyunturas determinadas. La voluntad política para ejecutarlo debe ser asumida.
Para el Servicio Jesuita también es importante que las autoridades entiendan que en estos momentos de crisis para la población haitiana es vital que la solidaridad no sólo se recoja en forma de cumbres y discursos políticos sino a través de medidas reales que puedan ayudar a mejorar las condiciones de vida de los/as migrantes haitianos/as. En este sentido, para ayudar a Haití debemos comenzar por ayudar a los/as haitianos/as que viven en nuestro país y una forma de hacerlo es regular su situación legal.
La falta de documentación migratoria limita seriamente el ejercicio de cualquier derecho de las personas migrantes, especialmente los referentes a las condiciones laborales y a la justa remuneración por el trabajo realizado, lo que a su vez reduce la capacidad de acceder a una vivienda digna o a servicios básicos de salud y educación.
El Plan de Regularización de Extranjeros no puede estar supeditado a la eliminación de la porosidad de la frontera. Sin embargo, sí se deben aplicar antes, durante y después de la implementación de plan, acciones para combatir eficazmente la trata y tráfico de inmigrantes, así como para elevar el perfil moral y técnico de los agentes responsables de aplicar las políticas de control fronterizo.
En este sentido, entendemos que la regularización de la población migrante sería una forma eficaz para promover los derechos humanos y la gobernabilidad del país, así como para fortalecer las estrategias de seguridad nacional y seguridad ciudadana. Ejemplo de la eficacia de implementar este tipo de medida lo encontramos en la experiencia de otros países como Costa Rica, Colombia, España, Brasil, y Venezuela.