Hablar de que el partido de gobierno gastó más de 500 mil millones de pesos en la campaña electoral, es como rendirle pleitesía al boato y erigirle un monumento al despilfarro en un país donde miles de niños se quedan fuera de las aulas y otros reciben docencia en escuela maltrechas y destartaladas.
Un partido con todo el poderío que le otorga el estado, que movilizó por aire, tierra y mar, desde el más encumbrado funcionario, incluyendo al Presidente de la República , hasta el más humilde de los empleados públicos no halla encontrado la manera de celebrar su triunfo electoral, porque reconocer es de sabio y ellos se han dado cuenta que las derrotas no se celebran, sino que se analizan.
Decir que con el dinero que los dominicanos pagamos los impuestos se compró voluntades para bañar de senadores el país, es como seguir sometiendo a la humillación a un pueblo preñado de hombres y mujeres sin empleos, pidiendo a gritos más hospitales y más medicinas.
Para que comprar tanto poder si la niñez sigue desvalida, los envejecientes siguen muriendo en la soledad y la juventud no alcanza a ver el verdor de la esperanza.
Para que tantos legisladores provinciales, si la necesidad y el atraso crecen tanto que obligan a las muchachas a abandonar los estudios para irse a la ciudad en busca de trabajo en casas de familias y otras a vender sus cuerpos en lupanares y negocios de mala muerte.
De que sirve exhibir un mapa de senadores morados si los envejecientes, las personas con discapacidad y los enfermos mentales no son representados y acogidos por nadie.
Para qué necesita el país tantos legisladores si los pordioseros y pedigüeños dominicanos, combinados con los de Haití, colman las principales avenidas de las ciudades de la República.
El Partido de la Liberación Dominicana , en nombre del oficialismo consiguió, gracias a la magia del poder, legisladores por pila, pero a pesar de la utilidad de los recursos públicos y las acciones a favor de las candidaturas congresuales y municipales, no pudo doblegar al principal partido mayoritario de la oposición que lo es el PRD.
La compra de voluntades, la entrega de tarjetas, el reparto de comida, electrodomésticos y bonos de todos los calibres, no impedirán una oposición dura, firme y frontal a un gobierno que logró con manipulación artera y chantaje a jueces electores alzarse con una pírrica victoria en el pasado certamen electoral del 16 de mayo.
