¿Se corresponde con la realidad del boxeo mundial el título que da pie al presente análisis?
El autor del análisis responde con un firme sí…porque en realidad, el tan cacareado combate que deben protagonizar Floyd Mayweather (Jr) y Manny Pacquiao sigue en "bambalinas".
Sin embargo, aunque parezca paradójico, tarde o temprano -y quizás más temprano- esa pelea tiene que celebrarse.
Y es que la tan esperada batalla entre el estadounidense Mayweather (Jr) y Pacquiao, de Filipinas, es una necesidad.
Una necesidad para el exigente mundo del boxeo. Y, además, porque el negocio-deporte así lo reclama.
Hace ya poco más de ocho meses, cuando se daba "por segura" la pelea, el equipo de Mayweather solicitó a Pacquiao que "para que se pudiera pactar el combate el filipino, que precisamente acaba de ser juramentado como diputado al Congreso de Filipinas, tenía que someterse a exámenes de sangre".
Y no sólo eso, sino que los exámenes debían ser por lo menos una semana antes de realizarse el pleito de puños enguantados.
¡Pacquiao no aceptó la exigencia!
El estelar pugilista filipino, quien desde hace más de ocho años no sabe lo que es una derrota, decidió aceptar enfrentar al boricua Miguel Cotto.
El 14 de noviembre del pasado año, en el hotel MGM de la ciudad de Las Vegas, estado de Nevada (Estados Unidos), el filipino devastó a Cotto a quien le arrebató el cetro welter de la Organización Mundial de Boxeo (AMB).
Mientras se registraba la contundente victoria de Pacquiao, Mayweather se preparaba para contender con su paisano Shane Mosley a quien destrozó en 12 rounds.
De manera que ya, aparentemente, el escenario estaba "listo" para que Mayweather y Pacquiao, cumplidos con sus respectivos triunfos, volvieran ponerse de "acuerdo" para firmar la millonaria pelea.
Todos la quieren
Todos quieren la pelea Pacquiao-Mayweather. Los apoderados y promotores de ambos púgiles están contestes en lo siguiente: Un combate entre estos dos súper boxeadores dejará todo el dinero del mundo.
Este periodista se arriesga a vaticinar que cuando se dé el trascendente combate, en bruto (¿?) habrá envueltos más de 200 millones de dólares.
Cada uno de los protagonistas deberá ganar entre 50 y 55 millones de dólares…¡y cuidado si alguito más!
Bob Arum, zorro del promotaje boxístico y quien maneja la parte económica de Pacquiao, trabaja para que se quiten todos los obstáculos que puedan estar en el camino de las negociaciones y que ocasionen la no celebración del pleito de puños.
Mientras que Oscar de la Hoya, presidente y dueño de la compañía Golden Boy Promotions y quien tiene a su cargo la parte comercial de Mayweather, no dejará escapar tanto dinero…De la Hoya se pondrá de acuerdo con Bob Arum para que la pelea Pacquiao-Mayweather sea una realidad.
Más que por dejar demostrado al mundo quién es el mejor boxeador del todo el orbe (kilo por kilo) entre Pacquiao y Mayweather, la pelea debe concretarse porque sus promotores quieren que ¡ese gran negocio no se caiga!.
De otro lado, y como una nueva forma de publicitar la necesaria pelea, el preparador físico de Pacquiao, Alex Ariza, ha declarado (¿y quién lo ha mandado?) que "piensa que la pelea no se dará porque "Mayweather no quiere perder".
¡Cháchara, pura cháchara!!
Ariza, quien no conoce nada de lo que es el mercadeo del boxeo pagado, quizás haya hecho tal declaración para llamar la atención…¡y picarle el amor propio al parlanchín de Floyd Mayweather!
Se ha dicho, asimismo, que cuando Bob Arum y De la Hoya se pongan de "acuerdo", Pacquiao y Maywether subirán al ring en noviembre de este año…¡y la sede del combate será la ciudad de Las Vegas, Nevada!.
Quien escribe corrobora en que Las Vegas será el escenario, pero que el necesario combate deberá montarse, y ya de manera oficial, en febrero -o a más tardar en la primera semana de marzo- del 2011.
¡Ya veremos qué nos dice el tiempo!
