JOHANNESBURGO.- No podía ser otro, ni de otra forma. Está protagonizando un Mundial de ensueño, como en la Eurocopa. David Villa acabó, con suspenso y a poco del final, con el maleficio de la selección española: su gol la dio el pase a semifinales del Mundial y acabó con el sueño de una Paraguay, que fue un rival más que duro y que estuvo a poco también de seguir en el torneo. El juego terminó 1-0.
Era un momento para la gloria, hispana y guaraní. Todo por un sueño. Los paraguayos se presentaban por primera vez en estas instancias y España pretendía derribar el muro de los cuartos.
Y después de mucho sufrimiento, hasta de angustia y zozobra por momentos, Villa culminó una espléndida jugada de Andrés Iniesta, con disparo previo al poste de Cesc Fábregas. El remate del asturiano dio en el otro palo, pero el suyo finalmente entró.
El cuarto puesto de Brasil ’50, edición en la que se disputó una liguilla, era la mejor actuación de España en los Mundiales. Desde entonces se encadenaron decepción tras decepción para la ‘roja’. Ahora, 60 años después, iguala cuanto menos esa actuación a la espera de disputar la gran semifinal ante Alemania, verdugo de Argentina.