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No, no son “pequeñeces”…

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Aunque Ancell Scheker, directora de Evaluación de la Calidad y de Pruebas Nacionales del Ministerio de Educación califique de “pequeñeces”, la pérdida de hojas de exámenes del nivel básico, en el Distrito Escolar 1005 de Boca Chica, la realidad es que nada relacionado con la educación en el país es desechable a la hora del análisis.

DominicanosHoy.com publicó en estas mismas páginas que debido a la pérdida de las hojas, el Ministerio de Educación no ha podido publicar las notas de las pasadas pruebas nacionales en el país. Unido a ello, no pueden las autoridades dominicanas estar de acuerdo con los resultados de las Pruebas Nacionales.

Los errores que Scheker condiciona a pérdidas o traslados inconcientes de los baúles de cuadernillos a otros sitios, no justifica que técnicos de la cartera ocupen su tiempo en búsquedas y pesquisas de los exámenes de Lengua Española u otras materias, en vez de integrarse en el perfeccionamiento de la enseñanza y el incremento de la calidad en la del aprendizaje en general en el país.

Hora es ya de que el Ministerio de Educación presente la publicación de las notas en tiempo y forma y que profesores, padres y estudiantes se integren en la obtención de resultados que devengan triunfos en el sistema educacional nacional y cumplimiento de los Objetivos del Milenio.

Razón tiene la ex presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), María Teresa Cabrera, al considerar como muy delicada la situación existente al respecto y llamar a una mayor responsabilidad al respecto, con el protagonismo esencial e impostergable del Ministerio de Educación.

La República Dominicana necesita que se den a conocer resultados positivos y que se supere de una vez ese aletargamiento que mantiene a la nación en un lugar deplorable los resultados escolares.

No, no son “pequeñeces” los acontecimientos referidos a la pérdida de hojas de exámenes del nivel básico, todo esto forma parte de un pésimo funcionamiento que la población dominicana no merece, sobre todo si se piensa en un futuro donde se precisa de hombres y mujeres cultos.

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