Las manifestaciones de simpatía exhibidas por una parte del pueblo dominicano hacia la ex prófuga Sobeida Félix Morel, no es más que una demostración de burla ante el sistema judicial, incapacitado, débil ante el dinero, ineficaz, temeroso de realizar su trabajo por lo que fuere (personas intocables, etc.).
Hemos pasado una estrepitosa vergüenza internacional, donde somos reconocidos como un país con unas autoridades frágiles para tan siquiera apresar a unos presuntos delincuentes.
Continuamos haciéndonos la misma pregunta-una y otra vez-cómo pudo el supuesto capo de la droga en el Caribe burlar durante una década a las autoridades dominicanas. Pero, más insólito es lo del vecino Puerto Rico, con un prófugo importante y nunca se supo en este país de alguna noticia con un “Se busca”. Un mundo tan pequeño como un pañuelo y existe una enfermedad que mata al nervio óptico ante la majestuosa e omnipresencia de dólares y muchísimos pesos…
Conocemos a una “nueva” amistad y no nos preguntamos: ¿Quién es? ¿De dónde viene? ¿O a qué se dedica? Esto lo va a alegar la mayoría de las personas que en algún momento se le relacione con el ciudadano puertorriqueño Figueroa Agosto.
En esas “mutaciones” de nombres, a nadie se le ocurrió algo tan simple como “pensar” que ese individuo no era de fiar. Tampoco la embajada o el consulado puertorriqueño; al parecer no hubo una “alerta” en este sentido.
Sobeida Félix Morel no es un símbolo a imitar y eso lo saben todas las mujeres sin importar su edad, otra cosa será, si se desea correr su misma suerte.
Es importante hacerle saber tanto a las autoridades policiales, militares, judiciales; pero, sobre todo a nuestro presidente, que este incidente ya no es nacional y que no podremos cubrirlo con yaguas; es un hecho que ha traspasado las confidencias de las instancias antes mencionada y que ahora está expuesto al escrutinio de los Federales, por lo que no será tan fácil que la República Dominicana quede “libre de pecado”.
Aún estamos en la espera de respuestas del caso del hijo de Negrón Veras, de los asesinatos en torno al caso Figueroa Agosto, de la fuga de Sobeida, de los nombres en la agenda de Figueroa, de las responsabilidades ante la justicia de los que ahora están presos en Najayo; pero sobre todo de los cientos de personas, pejes gordo ó no, que siguen “su rutina cotidiana” como si nada y donde consta un “pasado dudoso” con las acciones delincuenciales de Figueroa Agosto.
Créame señor presidente Leonel Fernández, resolver este lío de su casa es más liviano que la salida-con su intermediación-del conflicto del Medio Oriente.
Ya pueden quitar el nombre de José David Figueroa Agosto de los expedientes, porque a este no le veremos nunca sus “musculitos” en nuestro país.
Pero, lo que más desea y quiere el pueblo dominicano es, por una vez en nuestra historia política, ver a todos los que han participado en esta trama durante diez años purgar sus vejaciones a la sociedad, aprovechándose de las debilidades políticas y judiciales de un país bananero.
Queremos ver a la justicia actuar. Al día de hoy era para estar, por lo menos, más de un centenar de personas detenidas y siendo investigadas al respecto, nos informan que sólo hay cuatro militares. Esto es un vaso capilar, señor presidente, dónde están las venas y arterias de gran calibre de este triste episodio cuyas consecuencias son el aumento de la delincuencia, de barbaries como secuestros, sicariato y linchamientos en estos últimos diez años.
Una pérdida de la moralidad y la justicia, donde la vida de los dominicanos(as) no vale nada. Eso sí, nos persignamos ante la sola mención del matrimonio gay o el aborto.
Deseamos que pare la sangre…y se instale la justicia en la República Dominicana.
Debemos ser coherentes: o seguimos siendo un país bananero ó nos subimos al Express del siglo XXI.
Madrid-España.