El problema es que se alimenta el fuego de las imprecisiones y las fogatas del escepticismo cuando a las autoridades que les compete informar, invocan las denominadas “investigaciones que no deben afectarse” y entonces pasa el tiempo “y un águila por el mar…” y no se sabe la verdad, ni cuántas personas más están implicadas en el caso de Figueroa Agosto, ni qué hay en realidad debajo del tapete de los hechos.
La prensa ha publicado las aseveraciones del investigador privado Ángel Martínez acerca de que el capo jefe de José David Figueroa Agosto se nombra Francisco Solano y vive en Montecristi, luego de escapar de la misma cárcel “de alta seguridad” que él.
El investigador privado asegura poseer documentos sobre las actividades de contrabando de drogas y los contactos en la Dirección Nacional de Investigaciones (DNI), Dirección Nacional de Control de Drogas, la Policía, militares y otros estamentos de la seguridad nacional.
Todo lo anterior tiene que ver con las denominadas “vacas sagradas” que deben ser expuestas ante la opinión pública, algún día…
Mientras, las autoridades antinarcóticas dominicanas andan, según se ha publicado, tras las pistas de otros dos compañeros de rejas de Agosto que, supuestamente, estarían refugiados en la región Este del país.
A todas luces, el territorio nacional ha sido refugio caluroso de los narcos durante décadas y ahora, algo así como una caja de Pandora se acaba de destapar…aunque aún sólo rumores acompañan su contenido.