Viví una gran alegría cuando me enteré de la creación de la Fundación Sociedad Dominicana de Bibliófilos, no perdí tiempo y me inscribí. También incluí la biblioteca de la Escuela Naval, donde era director. Pasaron años y llegó un momento que me vi obligado a renunciar de dicha sociedad, fue muy duro. Mi salario no me permitía comprar las publicaciones que subían de precios. Decidí ir a las librerías cuando el bolsillo lo permitía.
Los libros continúan el alza de precios y le pregunté a una señora que se dedica a vender libros. Me contestó: en la aduana nos cobran por los días que los libros están en sus almacenes. Comprendí, los que compramos libros pagamos ese impuesto.
Acabo de enterarme que la Dirección General de Impuestos Internos está cobrando un 16% de ITBIS a los que tienen como negocio producir libros de textos escolares. Increíble, grave, es una violación a la Ley 502-08 que establece una exoneración. Para mí violar una ley es inaceptable, no le asiste ningún derecho, al menos que sea una imperiosa necesidad de aplicar la Doctrina de Estado de Seguridad. Que yo estoy de acuerdo según el caso sí lo amerita. Como el juicio del cónsul Cicerón contra la conspiración de Catilina.
Nos sabemos que por ciento de impuesto tiene un libro importado. Estos sí ya se van perdiendo en la infinita profundidad del firmamento.
La parte de la pobreza de no tener libros fortificó mi espíritu cuando estudiaba los cursos de primaria y secundaria tenía mi rincón en la biblioteca municipal de mí Macorís del Mar. El agradecimiento es eterno al ayuntamiento que mantenía un cuido constante y los libros, pizarras, tiza y borradores nunca faltaron. Esto que las autoridades de ayer amaron y ejercieron es hoy una de las causas de la mala preparación escolar que las pruebas nacionales indican no tener solución?.
En los barrios pobres sin biblioteca pública es de humano comprar un libro de texto pagando un 16% de ITBIS?.
¿Cómo puede un pobre padre de familia cubrir esta necesidad?. Este impuesto produce más daño que beneficio.
Muy bueno es saber que se ha publicado un libro de Moral y Cívica. Estos libros deben estar en la biblioteca de las escuelas. Sabemos es posibles regalarlos en los barrios donde no hay biblioteca. Si un ayuntamiento construye una cancha para jugar baloncesto, también puede regalar ese libro de moral y cívica.
Soy un beneficiado de la enseñanza de la moral y cívica en la escuela pública, nuestro inolvidable profesor Augusto Peignant Cestero con fuerte amor nos instruía con ejemplos esa formación del buen comportamiento. (1938). Y como dijo Aristóteles: enseñar a vivir bien.
La moral del Latín Mos o Mores. Costumbre o costumbres en el sentido del conjunto de normas o reglas adquiridas por hábito. La moral es una ciencia que enseña, no como hemos de ser felices, sino como hemos de llegar a ser dignos de felicidad.
¿Por qué aplican: pueblo que no se educa, pueblo que no progresa?.
No dejo el hábito de detenerme cuando estoy escribiendo. Ahora la mente vuelve a la tienda de departamento de los veteranos de Taiwán, donde leí en unas tablillas de bambú: “los que asumen la autoridad deben controlar severamente sus acciones, con el fin de educar acertadamente en todo momento al evitar el mal. En caso contrario provocarán la ruina de todo el pueblo”. Libro de las canciones.
El autor es vicealmirante ® de la Marina de Guerra.